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Rastafaris llevan su lucha por el cannabis sagrado a los tribunales de Kenia

Redacción:  Hena M. Andrés Cuevas

Rastafaris

La petición de la comunidad rastafari llegó al Tribunal Superior, donde buscan que su uso religioso del cannabis sea visto como parte legítima de su fe. 

 

La Rastafari Society en Kenia volvió a levantar la voz porque quieren que el cannabis sea reconocido como parte de su fe y que ya no los traten como criminales por usarlo. Para ellos, la planta tiene un papel espiritual muy importante y dicen que las leyes actuales no respetan su forma de vida. Por eso presentaron una petición ante el Tribunal Superior para que revisen esas reglas que les impiden usar, poseer o cultivar la planta incluso en espacios donde practican su religión. 

Hace poco tuvieron otra comparecencia frente al tribunal y varias personas de la comunidad se reunieron para mostrar su apoyo. Llegaron con ropa tradicional, colores rastas y mensajes pidiendo respeto. No fue una protesta agresiva ni nada así, más bien llegaron a dejar claro que quieren igualdad y que su religión debería tener el mismo derecho que cualquier otra. Se notaba que para ellos no es un tema de moda, sino algo que viven todos los días. 

Lo que buscan es que el tribunal declare inconstitucionales las partes de la ley que castigan el uso religioso del cannabis, porque dicen que eso viola derechos como la libertad de culto, la privacidad y hasta su dignidad como comunidad. También pidieron que su caso sea visto por un panel especial de jueces, porque lo consideran un asunto serio que no solo afecta a ellos, sino la manera en que el país entiende la diversidad cultural y espiritual. 

Además de los argumentos legales, dejaron claro que la criminalización les afecta en la vida diaria. Muchos viven con la preocupación de ser arrestados incluso dentro de sus propios hogares. Para ellos es injusto que algo que consideran sagrado sea visto como un delito. Por eso insisten en que no buscan promover el uso recreativo generalizado, sino que se respete su práctica religiosa, como ya pasa en otros lugares donde el rastafarismo es reconocido. 

El caso ya tiene fechas para seguir avanzando y se espera que en los próximos meses el tribunal analice a fondo sus argumentos. No está claro qué va a decidir la corte, pero sí es evidente que este proceso está abriendo un debate más grande sobre cómo un país maneja las diferencias culturales y los derechos de las minorías religiosas. La comunidad rastafari dice que va a seguir firme hasta lograr que su fe sea entendida y que la ley no los deje fuera por algo que es parte de su identidad. 

Esta situación en Kenia muestra cómo la cultura, la política y la espiritualidad pueden chocar, sobre todo cuando una práctica tradicional no encaja bien con leyes modernas que fueron hechas sin pensar en ciertos grupos. La Rastafari Society ve este momento como una oportunidad para cambiar esa historia y esperan que el tribunal les dé un espacio legal que reconozca su forma de vivir. 

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