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El auge del cannabis en México continúa en un limbo legal

Redacción: Guicel Garrido 

cannabis en México
cannabis en México

En los barrios de moda de México, un aroma agridulce combinado con lluvia fresca se ha convertido en el signo de un cambio cultural. Este olor, que antes era asociado a transacciones clandestinas, ahora emana de tiendas modernas y bien iluminadas. Dentro, frascos de vidrio rebosantes de cogollos con nombres como "Oaxacan Gold" y "Sour Diesel" demuestran la rápida evolución del cannabis en el país. Este florecimiento del mercado es particularmente singular, ya que ha ocurrido en un "limbo verde" legal. Tras la histórica decisión de la Suprema Corte de 2021 de declarar inconstitucional la prohibición absoluta del cannabis, el estancamiento legislativo impidió la creación de un marco regulatorio. En este vacío, el mercado ha sido impulsado por el amparo, un poderoso recurso legal mexicano que permite a los individuos protegerse de leyes que violan sus derechos constitucionales. 

 

El amparo ha empoderado a una nueva generación de empresarios y consumidores. Este escudo legal personal ha permitido que un número creciente de mexicanos posean, transporten y consuman cannabis sin temor a ser procesados, lo que ha sentado las bases para un próspero mercado gris. En ciudades como la Ciudad de México y Guadalajara, han surgido modelos ingeniosos como la "economía del regalo" —donde el cannabis se ofrece como un "obsequio" con la compra de otro artículo— y clubes privados que solo permiten el acceso a personas con un amparo o una receta médica. Estos establecimientos, que se inspiran en las asociaciones cannábicas españolas, se centran en la seguridad y la educación, creando una comunidad de consumidores "autorizados". En contraste, en destinos turísticos como Tulum, el mercado es más caótico, con tiendas que a menudo venden directamente a los turistas, lo que aprovecha la alta demanda y la aplicación menos estricta de las leyes. 

 

A pesar de su notable crecimiento, este auge no regulado enfrenta desafíos significativos. La falta de un marco legal implica la ausencia de pruebas estandarizadas para pesticidas y potencia. Aunque algunas tiendas de renombre realizan sus propias pruebas de laboratorio, no existe una supervisión gubernamental que garantice la seguridad del producto. Además, el modelo de "regalo" es inherentemente precario, lo que deja a los negocios vulnerables a las interpretaciones cambiantes de las autoridades locales y a redadas policiales ocasionales. Irónicamente, el mercado está tan desorganizado que gran parte del cannabis de alta gama que se consume en México se introduce de contrabando desde los Estados Unidos. A pesar de estos obstáculos, el debate sobre el cannabis se ha vuelto abierto y generalizado en los medios de comunicación y en las conversaciones cotidianas. 

 

El futuro del cannabis en México se está forjando en este tono gris. El estigma está desapareciendo, y la cultura del cannabis está escribiendo sus propias reglas, dejando atrás décadas de tabú. Aunque el Congreso eventualmente tendrá que legislar un marco formal, la proliferación actual de dispensarios, clubes y puntos de venta informales demuestra que la cultura del cannabis en México ha cambiado de manera irreversible. Este fenómeno es un testimonio del poder del amparo como herramienta para el cambio social y de la resiliencia de los mexicanos para crear su propio camino, incluso en ausencia de una clara guía legal. Este crecimiento caótico y singularmente mexicano, impulsado por decisiones individuales, está sentando un precedente para la legalización futura. 

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