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Dinamarca integra de forma permanente el cannabis medicinal en su sistema de salud pública

Redacción Marlone Serrano

cannabis medicinal
Cannabis medicinal

Después de siete años de pruebas bajo un programa piloto, Dinamarca ha dado un paso firme hacia la institucionalización del cannabis medicinal en su sistema sanitario. El Parlamento danés aprobó la Ley de Cannabis Medicinal (L135), que convierte esta terapia en una opción permanente y regulada para pacientes que lo requieran, con entrada en vigor a partir del 1 de enero de 2026


La decisión se produce tras un periodo de ensayo iniciado en 2018, durante el cual se dispensaron más de 20 mil recetas y se atendió a 1,800 pacientes con patologías como esclerosis múltiple, lesiones medulares, dolor crónico y efectos secundarios de tratamientos oncológicos, entre otras. 


La normativa, sin embargo, ha generado un debate entre operadores del sector. Empresas como Stenocare y DanCann Pharma han expresado preocupaciones respecto a los mecanismos de reembolso y los altos costos que podrían seguir limitando el acceso al tratamiento para un sector amplio de la población. “Básicamente, se ha copiado y pegado el marco del programa piloto, sin corregir sus fallas”, advirtió Thomas Skovlund Schnegelsberg, CEO de Stenocare. 


Por su parte, DanCann Pharma confía en que la Agencia Danesa del Medicamento y el Ministerio del Interior y Sanidad realicen ajustes antes de la implementación definitiva del nuevo régimen. La falta de cambios sustanciales también ha generado inquietudes en la comunidad médica, que exige un sistema más equitativo y accesible. 


El acceso al cannabis medicinal en Dinamarca se mantendrá a través de recetas médicas expedidas por profesionales de la salud, con distribución en farmacias autorizadas. Entre los formatos disponibles están las preparaciones magistrales—como cápsulas, aceites y aerosoles bucales—, así como fármacos estandarizados como Sativex, Marinol y Nabilona


A pesar de las críticas, Dinamarca se suma a la vanguardia europea en materia de salud pública, posicionándose junto a países como Alemania y Suecia, que también han avanzado en la regularización del cannabis con fines terapéuticos. 


El desafío ahora será garantizar que este avance legislativo se traduzca en una mejora real en la calidad de vida de los pacientes, eliminando barreras económicas y fortaleciendo la capacitación médica para una prescripción responsable y basada en evidencia. 

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