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Cannabis y salud: información clave para la comunidad

Redacción:  Hena M. Andrés Cuevas  

Cannabis y salud: información clave para la comunidad
El consumo frecuente de marihuana puede derivar en dependencia. Conocer los riesgos, identificar los signos de alerta y acudir a fuentes oficiales es clave para cuidar la salud y el bienestar en la comunidad. 

Durante años se ha sostenido uno de los mitos más extendidos: que la marihuana “no crea adicción”. Sin embargo, la evidencia más reciente, reportada por Telemundo y respaldada por fuentes oficiales de salud, indica que esto no es del todo cierto. El componente psicoactivo principal del cannabis, el THC, ha aumentado su concentración en las últimas décadas, lo que eleva el riesgo de dependencia en quienes consumen la planta de forma frecuente. 

El trastorno por consumo de cannabis se caracteriza por cumplir ciertos criterios: aumento de dosis para lograr el mismo efecto, síntomas de abstinencia, dedicar gran parte del tiempo a consumir o conseguir la sustancia, y que el consumo afecte la vida diaria. Según cifras de fuentes oficiales, alrededor del 30 % de quienes consumen cannabis regularmente podrían desarrollar algún grado de dependencia. 

Un factor determinante es la potencia del producto. En décadas pasadas, muchas variedades contenían menos del 5 % de THC; hoy se encuentran preparaciones con 20-30 % de THC o más. Además, la proporción de THC y CBD está cada vez más desbalanceada, lo que puede aumentar los riesgos psicoactivos y los efectos negativos sobre la salud mental. Esto puede derivar en problemas de memoria, concentración, ansiedad e irritabilidad, especialmente en adolescentes y jóvenes cuyo cerebro aún se encuentra en desarrollo. 

Existen señales de alerta que ayudan a identificar la dependencia: dificultad para dejar de consumir, necesidad de aumentar la dosis para obtener el mismo efecto, descuido de responsabilidades personales o laborales, ansiedad o irritabilidad al no consumir, y dedicar gran parte del día a pensar en la próxima dosis. Reconocer estos signos a tiempo es clave para evitar consecuencias mayores. 

Afortunadamente, hay tratamientos y terapias reconocidas para quienes enfrentan este problema. Entre ellos se encuentran la terapia cognitivo-conductual, la entrevista motivacional, y la participación en grupos de apoyo especializados, que ofrecen acompañamiento y estrategias prácticas para reducir el consumo. Fuentes oficiales recomiendan que la intervención se realice cuanto antes para aumentar las probabilidades de éxito. 

Expertos también advierten que la legalización o regulación del cannabis no elimina los riesgos asociados. Aunque el acceso legal puede reducir prácticas peligrosas y productos de dudosa procedencia, “legal” no significa “inocuo”. Esto es especialmente relevante en jóvenes y personas con antecedentes de trastornos mentales, ya que el consumo frecuente de productos con alto contenido de THC puede tener efectos duraderos sobre la salud mental y emocional. 

El consumo de marihuana puede derivar en dependencia si se hace de forma regular y con productos de alta potencia. Estar informado sobre los efectos, reconocer los signos de alerta y acudir a fuentes oficiales de salud para recibir orientación son pasos clave para proteger la salud física y mental. La prevención, la atención oportuna y el acompañamiento profesional marcan la diferencia en la calidad de vida de quienes podrían verse afectados.  


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