Redacción: Amairany Ramírez
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Una mezcla extravagante de reggae, rock clásico y el inconfundible carisma de Elvis Presley: así se define Dread Zeppelin, una banda tributo que reimaginó las icónicas canciones de Led Zeppelin en un estilo completamente inesperado. Su peculiar historia ahora es el eje central de un nuevo documental titulado "Dread Zeppelin: A Song of Hope", producido por la irreverente marca Chibson.
Dread Zeppelin surgió en 1989, cuando el imitador de Elvis conocido como Tortelvis, con un peso de 150 kilos y un estilo teatral único, decidió liderar un proyecto musical inusual. Junto con su banda, reinterpretaron clásicos como "Stairway to Heaven" o "Whole Lotta Love" al ritmo relajado del reggae, creando un contraste tan hilarante como atractivo.
El documental narra el meteórico ascenso de la banda, desde su debut en Pasadena en 1989 hasta la firma de un contrato con IRS Records, que les permitió grabar tres álbumes y consolidar su éxito a nivel mundial. La cinta también explora el impacto cultural de Dread Zeppelin, destacando cómo inspiraron a otras bandas tributo a adoptar estilos inesperados, llevando géneros como el reggae a terrenos inexplorados con versiones de artistas como Pink Floyd, The White Stripes y Nirvana.
El proyecto está producido por Chibson, una marca conocida por su enfoque humorístico y provocador en el mundo de los instrumentos musicales. Su lema, "más que una empresa fantasma", refleja su intención de desafiar las normas del sector con imitaciones extravagantes de guitarras famosas y productos absurdos.
Más allá de las risas y el desconcierto inicial, el documental ofrece un relato sobre cómo el ingenio y la pasión pueden transformar lo improbable en un fenómeno cultural. Dread Zeppelin demostró que incluso las ideas más descabelladas tienen un lugar en la música y que el tributo no siempre debe ser solemne; también puede ser divertido y original.
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