Marihuana, dinero y poder: cómo las farmacéuticas y Tallahassee sabotearon la voluntad de Florida
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- hace 2 días
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Redacción: Ximena Zarahi Moreno Luna
El 56% de los floridanos votó por legalizar la marihuana. No fue suficiente. Detrás del fracaso hay millones desviados, leyes restrictivas y un sistema político hecho para proteger a los poderosos.

La batalla por la legalización de la marihuana en Florida no se trata sólo de política, sino de poder y dinero. En noviembre de 2024, el 56% de los votantes apoyaron la Enmienda 3, que permitiría el consumo recreativo para adultos. Sin embargo, la constitución estatal exige un 60% para aprobar reformas, y la medida fracasó.
El apoyo ciudadano no es nuevo: en 2016, la marihuana medicinal obtuvo un aplastante 71% de aprobación, con más de 800 mil pacientes actualmente inscritos en el programa. Pero a pesar del respaldo social, los intereses políticos y económicos en Tallahassee han construido una muralla de trabas legales para impedir que los votantes cambien la ley.
Organizaciones como Smart & Safe Florida deben invertir millones solo para colocar una iniciativa en la boleta. Nuevas leyes obligan a pagar fianzas de un millón de dólares, restringen quién puede recolectar firmas y permiten que miles sean anuladas por tecnicismos. La democracia en Florida se ha vuelto un lujo que solo los ricos pueden costear.
El episodio más oscuro llegó tras la derrota de la Enmienda 3. Una investigación reveló que 10 millones de dólares provenientes de un acuerdo de sobrefacturación de Medicaid fueron canalizados hacia grupos que combatieron la legalización. Los fondos, originados en un convenio con Centene Corporation, pasaron por la organización benéfica Hope Florida, fundada por la primera dama Casey DeSantis, antes de llegar a comités políticos vinculados al gobernador.
El escándalo ha sido remitido al Departamento de Justicia y al FBI por posible malversación. “En cualquier otro contexto, esto sería un crimen”, denunció el congresista republicano Alex Andrade, mientras DeSantis calificó la investigación como “una farsa fabricada”.
Pero detrás de los juegos políticos se mueve una fuerza más grande: la industria farmacéutica. Un estudio publicado en PLOS ONE reveló que las farmacéuticas pierden hasta 3 mil millones de dólares en ventas cada vez que un estado legaliza la marihuana. Los consumidores reemplazan fármacos caros con cannabis natural, afectando directamente los ingresos de los fabricantes de analgésicos, ansiolíticos y opioides.
Para las farmacéuticas, la marihuana no es un tema de salud, sino una amenaza de mercado. Al no poder patentar el cannabis natural, su estrategia ha sido frenar su avance mediante lobby, financiamiento político y litigios.
El 56% de los votantes habló. La pregunta es si alguien en Tallahassee escucha.








