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El programa de cannabis medicinal pierde pacientes ante el mercado ilegal

Redacción: Ximena Zarahi Moreno Luna

cannabis medicinal

Un estudio estatal revela que los altos costos, la burocracia y el estigma están empujando a miles de pacientes fuera del sistema legal de cannabis medicinal en Utah. 

 

Utah enfrenta una crisis silenciosa en su programa de cannabis medicinal. Aunque en 2018 los votantes aprobaron su legalización con un amplio apoyo, hoy respaldado por casi el 90% de la población, los datos recientes muestran un preocupante retroceso: uno de cada tres pacientes inscritos ha abandonado el sistema y ahora obtiene cannabis fuera del marco legal. 

Una nueva investigación revisada por pares, publicada por el Programa de Cannabis Medicinal de Utah, advierte que el sistema está en riesgo si los legisladores no intervienen. Los principales factores que impulsan esta migración son el costo elevado, las trabas administrativas y el estigma social. 

Casi el 80% de los pacientes que recurren al mercado ilegal lo hacen por razones económicas. Las restricciones federales (como la ley tributaria 280E) y las regulaciones locales encarecen el producto y limitan la eficiencia operativa. A esto se suman cuotas de inscripción, renovaciones frecuentes, esperas prolongadas y largas distancias que complican el acceso, al punto de que muchos prefieren viajar a Nevada antes que renovar su tarjeta estatal. 

“Los pacientes no dejan de consumir cannabis; simplemente se desvían del programa regulado”, concluye el informe. 

El estudio también reveló que los pacientes confundidos por los requisitos de renovación tienen 59 veces más probabilidades de recurrir al cannabis ilegal, lo que demuestra que la burocracia excesiva actúa como un obstáculo real al tratamiento médico. 

El estigma sigue siendo otro factor determinante. Quienes temen la desaprobación social o laboral son seis veces más propensos a consumir cannabis fuera del sistema. Este prejuicio, alimentado por discursos prohibicionistas, empuja a los pacientes al mercado negro y los expone a riesgos legales innecesarios. 

Sin embargo, los resultados también ofrecen una solución: la confianza en el programa estatal reduce drásticamente el consumo ilegal. Los pacientes que se informan a través de fuentes oficiales o confían en los farmacéuticos especializados son mucho menos propensos a abandonar el sistema. 

El mensaje es claro: Utah necesita una reforma que simplifique los procesos, reduzca costos y combata el estigma. Fortalecer la confianza en el modelo médico es la única forma de mantener a los pacientes dentro del marco seguro y regulado. 

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