Cannabis medicinal: un aliado creciente en el tratamiento contra el cáncer
- RootsLand
- hace 2 días
- 2 Min. de lectura
Redacción Marlone Serrano

En el horizonte del tratamiento oncológico, una planta históricamente estigmatizada comienza a ganar terreno como una herramienta efectiva de apoyo. El cannabis medicinal se ha convertido en una opción real y valorada para aliviar síntomas severos en pacientes con cáncer, ofreciendo un respiro frente a los efectos adversos de terapias como la quimioterapia y la radiación.
Aunque no se trata de una cura, investigaciones científicas y testimonios clínicos respaldan el uso del cannabis para mitigar el dolor crónico, la pérdida de apetito, las náuseas, la ansiedad y el insomnio. Los compuestos activos de esta planta —particularmente el THC y el CBD— interactúan con el sistema endocannabinoide del cuerpo, modulando funciones clave como el estado de ánimo, la percepción del dolor y la respuesta inflamatoria.
“Los pacientes con cáncer enfrentan un tratamiento físico y emocionalmente devastador. En ese contexto, el cannabis se perfila como un recurso para mejorar su calidad de vida de manera segura y controlada”, afirma un especialista en cuidados paliativos.
Uno de los usos más extendidos es el control de las náuseas inducidas por la quimioterapia. Estudios revelan que cepas con alto contenido de THC superan incluso a fármacos antieméticos tradicionales en ciertos casos. Además, el cannabis estimula el apetito, ayuda a combatir el dolor neuropático resistente a opioides, y favorece el descanso nocturno.
El tratamiento con cannabis medicinal no es uniforme: existen aceites sublinguales, comestibles, cápsulas, vaporizadores e incluso cremas tópicas, permitiendo personalizar el uso según las necesidades y preferencias del paciente. Sin embargo, especialistas insisten en que su consumo debe estar siempre supervisado por personal médico calificado, ya que puede provocar somnolencia, mareos o, en algunos casos, ansiedad.
A nivel legal, la situación varía ampliamente por región. En países como Canadá, Alemania e Israel, el uso médico del cannabis está regulado; en México, su acceso sigue en proceso de reglamentación, aunque ya hay avances en su legalización para fines terapéuticos.
La comunidad científica coincide: aún se requieren ensayos clínicos a gran escala para establecer protocolos precisos, dosis estándar y evaluar efectos a largo plazo. Pero el consenso es claro: el cannabis medicinal ofrece una alternativa complementaria prometedora para quienes enfrentan una de las batallas más duras en la vida.
En palabras de un paciente: “No me curó, pero me devolvió el apetito, el sueño y un poco de paz. Y eso, en medio del cáncer, lo es todo”.