top of page

¿Un nuevo comienzo en Etiopía? La lucha de los rastafaris por el reconocimiento y la integración

Redactor: Sam Torne 

ree

El documental «Etiopía, tierra prometida de los rastafaris» de ARTE Reportaje nos sumerge en la vida de la comunidad rastafari asentada en Shashamane, una ciudad situada a 250 km al sur de Adís Abeba. Esta producción destaca las experiencias de las familias que decidieron regresar a Etiopía, considerada la «tierra prometida» por los seguidores del movimiento. A través de entrevistas y relatos personales, se abordan los desafíos de establecerse en una cultura diferente y las motivaciones espirituales detrás de este retorno.​ 

 

El movimiento rastafari surgió en Jamaica en la década de 1930, venerando al emperador etíope Haile Selassie I como la encarnación de Dios (Jah) y viendo a África, especialmente Etiopía, como la tierra prometida. En 1948, en agradecimiento al apoyo de la diáspora africana durante la Segunda Guerra Italo-etíope, Haile Selassie I otorgó 500 acres de tierra en Shashamane para aquellos que desearan regresar a África. A partir de la década de 1950, rastafaris de Jamaica y otras partes del mundo comenzaron a establecerse en esta región, buscando reconectar con sus raíces ancestrales.​ 

 

Desafíos y realidades del regreso 

Establecerse en Shashamane no ha sido una tarea sencilla para los rastafaris repatriados. A pesar de su conexión espiritual con Etiopía, muchos enfrentaron dificultades legales y sociales. Durante el régimen de Mengistu Haile Mariam en la década de 1970, gran parte de las tierras otorgadas fueron confiscadas, lo que generó incertidumbre y tensiones. Además, los rastafaris a menudo eran percibidos como extranjeros por la población local, lo que dificultaba su integración. La falta de reconocimiento legal también limitaba su acceso a servicios básicos y derechos civiles.​ 

 

A pesar de los desafíos, la comunidad rastafari en Shashamane ha mantenido viva su cultura y tradiciones. La música reggae, la espiritualidad rastafari y una profunda conexión con la tierra son pilares fundamentales de su identidad. Han establecido escuelas, centros comunitarios y espacios de culto que reflejan su herencia jamaicana y su reverencia por Etiopía. Sin embargo, la convivencia con la población local ha requerido adaptaciones y un constante esfuerzo por construir puentes culturales.​ 

 

Reconocimiento de la comunidad rastafari 

En años recientes, ha habido avances significativos en el reconocimiento de la comunidad rastafari en Etiopía. En 2017, el gobierno etíope comenzó a emitir tarjetas de identificación y concedió estatus de residentes permanentes a los rastafaris, un paso importante hacia su integración y reconocimiento legal. Este avance les ha permitido acceder a servicios y derechos previamente limitados. A pesar de estos progresos, la comunidad continúa enfrentando desafíos relacionados con la plena ciudadanía y la integración socioeconómica. 

bottom of page