¿Un nuevo comienzo en Etiopía? La lucha de los rastafaris por el reconocimiento y la integración
- RootsLand
- 20 mar
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Redactor: Sam Torne

El documental «Etiopía, tierra prometida de los rastafaris» de ARTE Reportaje nos sumerge en la vida de la comunidad rastafari asentada en Shashamane, una ciudad situada a 250 km al sur de Adís Abeba. Esta producción destaca las experiencias de las familias que decidieron regresar a Etiopía, considerada la «tierra prometida» por los seguidores del movimiento. A través de entrevistas y relatos personales, se abordan los desafíos de establecerse en una cultura diferente y las motivaciones espirituales detrás de este retorno.
El movimiento rastafari surgió en Jamaica en la década de 1930, venerando al emperador etíope Haile Selassie I como la encarnación de Dios (Jah) y viendo a África, especialmente Etiopía, como la tierra prometida. En 1948, en agradecimiento al apoyo de la diáspora africana durante la Segunda Guerra Italo-etíope, Haile Selassie I otorgó 500 acres de tierra en Shashamane para aquellos que desearan regresar a África. A partir de la década de 1950, rastafaris de Jamaica y otras partes del mundo comenzaron a establecerse en esta región, buscando reconectar con sus raíces ancestrales.
Desafíos y realidades del regreso
Establecerse en Shashamane no ha sido una tarea sencilla para los rastafaris repatriados. A pesar de su conexión espiritual con Etiopía, muchos enfrentaron dificultades legales y sociales. Durante el régimen de Mengistu Haile Mariam en la década de 1970, gran parte de las tierras otorgadas fueron confiscadas, lo que generó incertidumbre y tensiones. Además, los rastafaris a menudo eran percibidos como extranjeros por la población local, lo que dificultaba su integración. La falta de reconocimiento legal también limitaba su acceso a servicios básicos y derechos civiles.
A pesar de los desafíos, la comunidad rastafari en Shashamane ha mantenido viva su cultura y tradiciones. La música reggae, la espiritualidad rastafari y una profunda conexión con la tierra son pilares fundamentales de su identidad. Han establecido escuelas, centros comunitarios y espacios de culto que reflejan su herencia jamaicana y su reverencia por Etiopía. Sin embargo, la convivencia con la población local ha requerido adaptaciones y un constante esfuerzo por construir puentes culturales.
Reconocimiento de la comunidad rastafari
En años recientes, ha habido avances significativos en el reconocimiento de la comunidad rastafari en Etiopía. En 2017, el gobierno etíope comenzó a emitir tarjetas de identificación y concedió estatus de residentes permanentes a los rastafaris, un paso importante hacia su integración y reconocimiento legal. Este avance les ha permitido acceder a servicios y derechos previamente limitados. A pesar de estos progresos, la comunidad continúa enfrentando desafíos relacionados con la plena ciudadanía y la integración socioeconómica.