Por José Manuel Rueda Smithers
“Calzada de los muertos,
Y el templo del Sol,
Templo de la Luna,
Estuviste aquí desde el comienzo,
Estarás ahí al final”…
Poema Teotihuacan
Lord Velfragor
Es impresionante ver cómo, por descuido, por desconocimiento de nuestra historia, pero sin duda alguna, POR CORRUPCIÓN, las autoridades federales, las del Estado de México y las municipales, permiten que lugares emblemáticos, atrayentes del turismo nacional e internacional, pierdan el cuidado que merecen y el interés por recorrerse.
Apenas hace unos días, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios de México (ICOMOS), órgano consultivo de la UNESCO, advirtió de esto y de un proyecto aún desconocido, que podrían causar que Teotihuacán pierda su declaratoria como Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO, otorgado en 1987. Detallo:
Obras irregulares de excavación con maquinaria pesada, amenazan con afectar varias hectáreas de la zona protegida en el sector de Oztoyahualco.
Trabajadores y habitantes, aseguran que “es una forma de generación de empleos y de fomentar el turismo tras el cierre de la Zona Arqueológica por la pandemia y por los malos manejos del INAH”.
Oztoyahualco, también conocida como Mictlán, es donde se ubican los predios, que han sido han sido comprados de manera irregular por particulares.
A través de un comunicado, el organismo advirtió a las autoridades, que estas actividades ilícitas ponen en riesgo los vestigios arqueológicos ubicados en el sector de Oztoyahualco, delimitado como Polígono de protección B.
En el escrito enviado desde el pasado 24 de mayo a la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, al gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, al representante de la UNESCO en México, Frédéric Vacheron, al director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto, y a Jaime Heredia, Presidente Municipal de Teotihuacán de Arita, piden frenar lo que ahí sucede de manera constante.
“Las obras de excavación con maquinaria pesada pueden afectar significativamente el territorio de una zona que, supuestamente, debería estar protegida. Es en estas hectáreas donde se encuentran vestigios arqueológicos habitacionales y monumentales que también están en peligro, pues están siendo saqueados por las personas responsables de dicha construcción”, indica Saúl Alcántara, presidente de ICOMOS.
Se tienen datos que hace meses, un grupo de arqueólogos envió una carta al INAH denunciando esta situación y pidiéndole que interviniera de manera inmediata para detener las obras y, por lo tanto, la alteración de los contextos arqueológicos.
Vale informar que el 4 y 5 de marzo, personal del INAH, realizó una primera inspección en la que, tras confirmarse la irregularidad de las obras, colocaron sellos de suspensión y se otorgó un plazo al propietario del predio para regularizarlas. El 30 de marzo, el Instituto volvió al lugar y corroboró que los sellos fueron violados y las construcciones continuaron, por lo que, el 20 de abril, levantó una denuncia ante el Ministerio Público Federal con sede en Texcoco, solicitando a los dueños regularizar la situación.
La pregunta es ¿Regularizar qué, si todo eso es violatorio de la Ley?
Conocida también como Mictlán, pobladores de la zona realizan sus propias exploraciones en busca de recintos y piezas arqueológicas en terrenos que –argumentan- son de su propiedad. Se ven improvisadas construcciones en la superficie cerca de un hallazgo de túneles y piezas que aún no son catalogadas por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
ICOMOS detalla que las áreas en destrucción, se ubican en las parcelas 23 y 19. En la primera, hay conjuntos habitacionales, plataformas de templos de varios niveles, y grutas o cuevas.
Advierten que en la segunda, hay alta presencia de vestigios arqueológicos visibles a simple vista en forma de montículos, los cuales podrían figurar como basamentos piramidales. Es por ello que subraya su postura y exhorta a las autoridades mexicanas a redoblar esfuerzos para frenar esta gravísima e histórica incultura.
“ICOMOS Mexicano manifiesta su enorme preocupación porque se actúe en consecuencia, a fin de detener la destrucción, permitir la evaluación de las afectaciones por los organismos profesionales autorizados y, en su caso, perseguir a quien o quienes resulten responsables de la destrucción y saqueo de vestigios de patrimonio cultural”, aseveró.
La peor parte de todo, es que las autoridades –y repito, federales, estatales y municipales- por el momento están mucho más preocupadas por despedazar a sus oponentes en las elecciones. Lo demás, ni siquiera merece un poco de su atención.
¿Así o más claro el problema?
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