top of page

Raggamuffin: la revolución digital que transformó la música jamaicana

Redacción: Guicel Garrido 


La llegada de la tecnología digital a mediados de los 80 transformó el dancehall jamaicano, dando origen al raggamuffin.  
ree

El panorama musical de Jamaica experimentó una transformación sísmica con el nacimiento del raggamuffin, o simplemente ragga. Este género no sólo se consolidó como una evolución natural del early dancehall, sino que también se convirtió en el estandarte de la revolución digital que asaltaba la isla. 

 

El término en sí tiene una historia fascinante, proviene de la expresión inglesa “ragamuffin”, utilizada despectivamente por los colonizadores británicos para referirse a la población más pobre, vestida con "harapos" (rag). Con un acto de apropiación cultural y rebeldía, los jamaicanos rescataron el apelativo para bautizar un género musical que era auténtico, callejero y, sobre todo, suyo. 

 

Si bien el espíritu del ragga ya flotaba en el aire, fue un evento concreto el que marcó el punto de no retorno: el famoso "Big Clash" de febrero de 1985 entre los sound systems Black Scorpio y King Jammy’s Super Power. 

 

Mientras Scorpio confiaba en las voces tradicionales, King Jammy’s desató su arma secreta: el mítico Sleng Teng riddim. Este ritmo, generado íntegramente por un teclado digital Casio, desató la euforia y probó que la base del reggae ya no necesitaba de bandas de estudio, sino de máquinas electrónicas que ofrecían sonidos más rápidos, contundentes e inéditos. La inmediatez y accesibilidad de esta tecnología abrió las puertas a una nueva generación de jóvenes de los guetos, permitiéndoles grabar y difundir su mensaje sin grandes recursos. 

 

Un año antes del clash, el deejay Half Pint ya había sembrado la semilla con su tema “Greetings (To All Raggamuffins)” de 1984, una canción que cristalizó la esencia del ragga, combinando el nuevo pulso digital con letras crudas y directas sobre la vida urbana. El raggamuffin se consolidaba como la voz de una Jamaica moderna: directa, sin tapujos y consciente de sus raíces. 

 

Artistas clave de esta primera etapa en Jamaica incluyeron a: 

 

  • Admiral Bailey con «Big Belly Man» (1986). 

  • Super Cat con «Ghetto Red Hot» (1987). 

  • Shabba Ranks con el icónico «Wicked inna Bed» (1989). 

  • Otros nombres fundamentales como Tiger, Chaka Demus, y Papa San. 

 

 

El raggamuffin no tardó en cruzar fronteras. En el Reino Unido, artistas como Smiley Culture ya popularizaban el ‘fast chat’ style con éxitos como «Police Officer» (1984). 

 

La conexión con la diáspora se afianzó cuando: 

  • Shinehead, un deejay jamaicano-británico radicado en Nueva York, lanzó en 1986 su tema «Who the Cap Fit», con un sonido claramente raggamuffin en su álbum Rough and Rugged. 

 

  • En 1987, Daddy Freddy se mudó al Reino Unido y, junto al rapero Asher D, lanzó el influyente álbum “Ragamuffin Hip-Hop”, mezclando a la perfección ambos géneros e impactando a futuros artistas británicos. 

 

La consagración internacional llegaría a principios de los 90. Álbumes clásicos como “As Raw As Ever” (1991) de Shabba Ranks, “Don Dada” (1992) de Super Cat, y el trabajo de Apache Indian, demostraron que el ragga podía ser tan bailable como lírico, con un toasting rápido y un flow cercano al rap, pero inconfundiblemente jamaicano. 

 

En retrospectiva, el raggamuffin fue mucho más que un cambio de ritmo; fue un giro temático y estético. Dejó de ser exclusivamente la "voz del sufrimiento" o la protesta ligada a la espiritualidad rastafari para abrirse a formas de expresión más variadas, experimentales y lúdicas, consolidando un nuevo capítulo vibrante y duradero en la historia de la música jamaicana. 

 

ree

 

 


bottom of page