Protestas vecinales por la reubicación de “comunas 420” en CDMX
- RootsLand

- 8 ago
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Redacción: Arturo Cruz

Vecinos de la alcaldía Cuauhtémoc, especialmente de la colonia Juárez y colonias aledañas a Paseo de la Reforma, bloquearon con pancartas y consignas uno de los principales tramos viales para manifestarse en contra de la reubicación de los llamados “puntos de consumo tolerado” de cannabis. La inconformidad surge por la falta de diálogo y por el impacto en su entorno residencial.
Los manifestantes, pertenecientes al colectivo Siembra Cultura, demandaron espacios públicos designados y respetuosos del entorno urbano, y denunciaron acoso sistemático por parte de autoridades hacia personas consumidoras.
Medidas oficiales: recuperación y regulación de espacios
El Gobierno de la CDMX, desde la Secretaría de Gobierno, ya inició operativos para recuperar espacios emblemáticos como la Estela de Luz y el Monumento a la Madre, donde se toleraba el consumo, pero también se documentó venta ilegal de drogas y condiciones de inseguridad.
Además, se anunciaron acciones adicionales en zonas como el Metro Hidalgo, Pino Suárez, avenida Juárez y entorno del Senado de la República, con el objetivo de ordenar el consumo recreativo dentro de parámetros seguros y sin afectar a terceros.
La administración encabezada por la Jefa de Gobierno Clara Brugada Molina ha sido enfática: el consumo personal de cannabis seguirá siendo tolerado, siempre que se ejerza con respeto al entorno y sin comercialización.
Mientras tanto, el secretario de Gobierno César Cravioto adelantó que este mismo mes se alcanzará un acuerdo con los grupos cannábicos para reubicar en conjunto un espacio común de consumo, con reglas claras y sin presencia de vendedores.
Tensiones entre derechos y seguridad urbana
Este proceso ha generado tensión social: por un lado, defensores del derecho al consumo personal de cannabis, avalado por la SCJN, demandan espacios seguros y accesibles; por otro, vecinos exigen orden urbano, seguridad y consulta previa a las decisiones que impactan su entorno.
Algunos organismos y colectivos locales advierten que, sin alternativas concretas y cronograma definido, los usuarios pueden verse desplazados hacia zonas menos visibles e inseguras, lo que podría agravar —no solucionar— el problema.







