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Música y personalidad: ¿qué nos dice tu gusto por el reggae y el ska?

Redacción:  Naomi Vargas

Música y personalidad

Desde los guetos de Kingston hasta los escenarios alternativos del mundo, la música ha sido mucho más que entretenimiento: es una forma de conectarnos con nuestra identidad y con quienes nos rodean.  

 

Expertos en psicología musical aseguran que la música no determina nuestra manera de ser. Más bien, nos ayuda a identificarnos con valores, emociones y posturas vitales que consideramos significativas. Es decir, escuchar reggae o ska no te hace automáticamente relajado, creativo o rebelde, pero sí refleja la vibra que eliges proyectar y la manera en que te conectas con tu entorno. 

Un estudio de North y Hargreaves (2005), que encuestó a más de 37,000 personas, descubrió que quienes prefieren géneros como el reggae tienden a ser creativos, amables, extravertidos y con alta autoestima. El ska, con su energía contagiosa y su mensaje de unidad, también atrae a personas sociables y con gusto por compartir experiencias colectivas, aunque estos rasgos son tendencias generales y no verdades absolutas. 

La música puede funcionar como un espejo emocional. Aquellos que disfrutan del reggae consciente o del ska con mensaje positivo a menudo encuentran en los ritmos sincopados y los coros vibrantes una forma de expresar alegría, resistencia y conexión con la comunidad. Así, el disfrute musical se convierte en una herramienta para procesar emociones, liberar estrés y reforzar la identidad personal y colectiva. 

 

Es importante recordar que la música no cambia nuestra personalidad de manera automática, pero sí influye en cómo nos sentimos y cómo interactuemos con los demás. Por eso, tu afinidad por el reggae y el ska dice más de tu energía, tus valores y tu forma de vivir que de un patrón fijo de comportamiento. En otras palabras, la música que eliges es un reflejo de tu esencia y un vehículo de expresión de tu estilo de vida. 

En definitiva, tu playlist puede revelar mucho sobre ti: tu creatividad, tu espíritu de comunidad y tu amor por la vibra positiva. Pero, sobre todo, demuestra que en la música no hay límites, solo formas distintas de conectarnos con nuestra propia identidad y la de quienes nos rodean. 

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