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Mi "gallo"


Qué hay de nuevo… Viejo! Por Araceli Mendoza Los tiempos han cambiado. Abel Quezada, caricaturista reconocido por sus cartones, mezcla de historietas y caricatura política o textos ilustrados como él les llamaba, en lo que fueron famosos sus personajes como el magnate “Gaston Billetes”, el candidato único a la Presidencia o “El tapado”, el político y justo hoy éste se convirtió en el “destapador con corcholata”. Así lo mencionó el presidente: “Yo soy el Destapador y hay muchas corcholatas”… espero no se haya referido a Carmen Salinas, “La corcholata”. El “destapador” ya nombró a varios o los convocó a la madre de todas las guerras electorales. Está moviendo o sacudiendo a todos los posibles presidenciables. ¿Será que quiere saber qué cartas tienen sus contrincantes, los adversarios, porque hace mucha mención de que en Morena hay muchos? ¿Y dónde están los posibles candidatos neoliberales? ¿De dónde podrían sacar a alguien? “La caballada está flaca”, como diría Fidel Velázquez. ¿Acaso tiene miedo de que le den madruguete los adversarios? Se nota el repliegue de varios colaboradores en puntos estratégicos, como Gabriel García Hernández, que deja la gestión de los programas sociales y retoma su escaño en el Senado. Tal vez el verdadero “tapado” es Ricardo Monreal y García Hernández habría sido enviado para contener las iniciativas y dar batalla a la oposición. Sería especular un tanto, pero no sabemos si la corcholata tiene premio. También Martí Batres, con la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum. ¿Será que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador entró a una etapa de desgaste acelerado y por ello destapa y destapa… Por lo pronto, la fiebre de 2024 ya le dio a Marcelo Ebrard y el “destapador” le da permiso de lanzar una bola rápida en la mañanera diciendo “sí quiero en 2024”. Pero los nombres que el “destapador" ha mencionado se hacen cada vez más populares y ya están en un carrusel o en una pasarela con alfombra roja. Para 2012 la izquierda tenía dos posibles contendientes: Andrés Manuel López Obrador (a) “El destapador”, y Marcelo Ebrard, entonces Jefe de gobierno de la capital más poblada del planeta, político de una izquierda firme, hoy secretario de Relaciones Exteriores. Se decía que cualquiera de los dos podría llegar a Los Pinos. El primero se tardó, pero llegó a Palacio Nacional, porque la residencia oficial de Los Pinos desapareció. Los estrategas de Marcelo Ebrard consideraron las condiciones que se generaban para ganar la candidatura a Andrés Manuel López Obrador: impuso el método de elección del candidato a través de una encuesta nacional, lo cual permitiría que la izquierda eligiera a quién tuviera mayor nivel de popularidad en ese momento, y no a quien tuviera más seguidores. Es muy importante mencionarlo, porque el presidente siempre ha mencionado que su pecho no es bodega. Marcelo, pon atención. No sea que por ahí esté guardado un poco de resentimiento por la encuesta nacional. Con la pandemia y en está tercera ola, esperemos que los mencionados no pierdan el rumbo de sus encomiendas, porque realmente el “destape” es un distractor, sobre todo con tanta anticipación. El relajamiento de todo lo relevante que tiene cada cargo público político; el iniciar y conformar a tu equipo de campaña; los recursos, el tiempo; desde cuál plataforma puedes moverte sin tener los reflectores encima… Porque cada uno de ellos, desde su “destape” estará con los reflectores para conocer los recursos que usarán para llegar a Palacio Nacional. Dentro de todo este carrusel de candidatos destapados, tras bambalinas está la curiosidad del presidente; la provocación para conocer el juego de sus contrincantes neoliberales, de sus adversarios; cómo romper las alianzas; cómo provocar a esos partidos tan devaluados. ¿Acaso hay un superhéroe con máscara y no lo ha reconocido Andrés Manuel López Obrador? ¿A la mejor hay un Chucho el Roto que ayuda a los pobres. Tal vez los adversarios están contentos porque la 4T está sacando la basura y, así, se lavan las manos los dirigentes de otros partidos. La 4T les está ayudando a despejar el camino para 2024. Después de las elecciones pasadas, donde muchos candidatos fueron víctimas de homicidio y el “destapador” menciono que la delincuencia se había portado bien, la verdad yo le diría que “cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”. Si la contienda del 2024 se mancha de sangre, sería terrible para México. En 1994, con la muerte de Luis Donaldo Colosio, políticamente México tuvo una gran regresión. Por eso me parece muy prematura la mención de tantos destapados y deja muchas reflexiones al respecto, dudas que siguen poniendo a la sociedad en gran incertidumbre, miedo, irritación y descontento por lo que muchas poblaciones están pasando y ver que el gobierno federal no se ocupa ni se preocupa. Para el presidente todo está en calma y los estados viven una calma chicha, por lo que lo importante ahora es el destape de los políticos de Morena.

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