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Joan Garriga incendia el CCEMx con una fusión explosiva entre Cataluña y el norte de México

Redacción: Ximena Zarahi Moreno Luna

Joan Garriga


El músico catalán mezcló rumba, cumbia, reggae, dub, raï y sonidos latinos en un concierto que desbordó energía y conexión cultural en el Centro Cultural de España en México. 

 

La noche en el Centro Cultural de España en México (CCEMx) vibró con una energía única gracias a Joan Garriga i el Mariatxi Galàctic, quienes ofrecieron un espectáculo que combinó tradición, experimentación y un cruce sonoro que viajó de Cataluña al norte de México sin perder autenticidad. La presentación se transformó en un espacio de encuentro donde la música de raíz catalana se fusionó con ritmos latinoamericanos y sonidos urbanos contemporáneos, generando una experiencia viva y profundamente participativa. 

Desde los primeros acordes, Garriga dejó claro por qué es considerado uno de los músicos más influyentes en la rumba catalana moderna. Acompañado por el estilo inconfundible del Mariatxi Galàctic, el concierto fue una mezcla intencional de géneros que dialogaron sin jerarquías: rumba, cumbia, reggae, dub, raï y ritmos latinos que encendieron al público y lo llevaron a moverse con naturalidad. El sonido del acordeón de Garriga, fiel compañero de sus exploraciones musicales desde los tiempos de Dusminguet y La Troba Kung-Fúm, se convirtió en el hilo conductor de una sesión que encontró puntos de conexión con la cultura sonora del norte del país, incorporando acentos, percusiones y melodías que evocan paisajes fronterizos y fiestas comunitarias. 

La presentación fue gratuita, un gesto que permitió que el CCEMx se llenara de asistentes de todas las edades, desde seguidores de la rumba catalana hasta curiosos que buscaban un plan musical distinto para cerrar la semana. La interacción fue inmediata: la banda proyectó una energía cálida, cercana y auténtica, mientras que el público respondió con palmas, baile y una participación que fue creciendo tema tras tema. 

Uno de los momentos más celebrados fue cuando el grupo conectó la rumba catalana con la cumbia norteña, generando un híbrido natural que provocó ovaciones y un ambiente festivo que se prolongó a lo largo de todo el concierto. Este intercambio no solo celebró la música, sino también la historia cultural que une a México y España en un flujo constante de influencias y reversiones. 

El CCEMx, por su parte, reafirmó su papel como un espacio fundamental para proyectos culturales que exploran la diversidad sonora y fomentan el encuentro entre artistas internacionales y públicos mexicanos. Con eventos como este, la institución continúa posicionándose como un punto clave para el diálogo artístico iberoamericano. 

La noche cerró con agradecimientos del propio Garriga, quien destacó la calidez del público mexicano y mencionó que presentarse en la Ciudad de México siempre representa una de las experiencias más gratificantes de sus giras. La mezcla arriesgada, divertida y profundamente humana que caracteriza su trabajo se manifestó con claridad en un concierto que dejó huella en los asistentes. 

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