Jamaica da un paso histórico: Tierras creadas para la comunidad rastafari
- RootsLand

- 17 ago
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Redacción: Amairany Ramírez

El gobierno de Jamaica ha realizado una transferencia de propiedades a la Rastafari Coral Gardens Benevolent Society (RCGBS), marcando un acontecimiento significativo en la relación entre el Estado y la comunidad rastafari de la isla. Estas dos propiedades, ubicadas en Albion, St. James, están destinadas a convertirse en un hogar de cuidado permanente para los ancianos rastafaris, brindando un espacio de resguardo y dignidad para quienes han vivido décadas de lucha.
La ceremonia de entrega se llevó a cabo la semana pasada en la Oficina del Primer Ministro en Kingston. Este acto es parte de un programa más amplio diseñado para sanar las profundas heridas dejadas por las atrocidades cometidas contra miembros de la comunidad rastafari en 1963, un oscuro episodio conocido como la tragedia de Coral Gardens.
La ministra de Cultura, Género, Entretenimiento y Deportes, Olivia Grange, subrayó la importancia de este momento, recordando que, durante más de medio siglo, los rastafaris han sobrellevado las cicatrices físicas, psicológicas y emocionales de aquellos sucesos. En un paso crucial hacia la reparación, el Primer Ministro Andrew Holness había ofrecido disculpas formales en nombre del gobierno en 2017, 54 años después del incidente, asumiendo la responsabilidad estatal y comprometiéndose a buscar reparaciones para las víctimas.
La entrega de estas tierras se suma a otras medidas reparadoras, como la creación en 2019 de un fondo fiduciario. Este fondo, al que se han aportado 122 millones de dólares, ha beneficiado a los 35 sobrevivientes conocidos del incidente de Coral Gardens.
Para entender la magnitud de esta reconciliación, es fundamental recordar los "hechos de Coral Gardens", también conocidos como la masacre o los disturbios de Coral Gardens, e incluso como "Bad Friday". Este estallido de violencia ocurrió entre el 11 y el 13 de abril de 1963, apenas un año después de la independencia de Jamaica. La chispa inicial fue el incendio de una gasolinera en Coral Gardens, un pequeño pueblo cerca de Montego Bay.
Sin embargo, las medidas policiales y la represión que siguieron agravaron drásticamente la situación. La violencia se descontroló, cobrando vidas tanto de civiles como de agentes de policía, y desató una feroz persecución, maltrato y detención masiva de rastafaris por toda la isla. Aunque el número exacto de víctimas sigue siendo incierto, las estimaciones sugieren que alrededor de 150 personas fueron detenidas, muchas de las cuales sufrieron la humillación de ver sus dreadlocks cortados o fueron brutalmente golpeadas por la policía.
Un informe de la Oficina del Defensor del Pueblo de Jamaica, publicado en 2015, confirmó que lo sucedido en Coral Gardens constituyó una violación de los derechos humanos de los rastafaris con efectos de largo alcance. Este informe describió los sucesos de 1963 como un "parteaguas" en las relaciones entre la comunidad rastafari y el Estado, destacando la hostilidad que enfrentaron. Además, recomendó pedir perdón a los involucrados, crear un centro cultural rastafari y establecer un fondo para resarcir a los sobrevivientes.
Dos años después de este informe, llegaron las disculpas del Primer Ministro Holness, cuyo gobierno ha trabajado para implementar estas recomendaciones. El viceprimer Ministro y ministro de Seguridad Nacional, Horace Chang, enfatizó que la entrega de estas tierras es un "paso fundamental" para corregir los errores históricos y sentar las bases para el crecimiento y el empoderamiento del movimiento, la cultura y la comunidad rastafari.
Chang, quien tiene un vínculo personal con la comunidad de Coral Gardens, expresó su orgullo por haber apoyado firmemente el programa de justicia reparadora. Afirmó que, a pesar de las dificultades, los rastafaris no solo han sobrevivido, sino que han perseverado en su búsqueda de reconocimiento, justicia y sanación, lo que considera un testimonio de su "fuerza, coraje, dignidad y perseverancia". Este acto simboliza no solo una disculpa, sino un compromiso tangible hacia un futuro más justo para una de las comunidades más emblemáticas de Jamaica.







