Energía ska: historia desconocida detrás del actor Oscar Isaac
- RootsLand

- 7 nov
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Redacción: Daniela Paredes Rocha

Antes de conquistar Hollywood con películas como Dune, Ex Machina o Star Wars, Oscar Isaac dedicó casi una década a la escena musical de Miami. Entre 1995 y 2004, fue un músico activo en bandas de ska como The Worms, Petrified Frogs y The Blinking Underdogs, esta última con la que giró por distintos escenarios y alcanzó mayor proyección.
Isaac no solo tocaba el bajo: también fue el responsable de nombrar a la mayoría de sus agrupaciones. Su momento cumbre llegó en 1997, cuando The Worms fue telonera de Green Day, Limp Bizkit y Descendents en el reconocido festival punk Warped Tour. “Me gusta decir que abrimos para The Mighty Bosstones, pero en realidad tocamos seis horas antes que ellos en otro escenario”, recordó con humor en una entrevista.
Sobre la dinámica de su primera banda, comentó: "Con The Worms, la mayoría eran tipos enormes, skinhead, y luego estaba un chico muy flaco, de pelo largo y moreno… que era yo".
Este periodo marcó un alejamiento temporal de la actuación, motivado por un desacuerdo con su profesor de teatro. “En lugar de hacer teatro, hice ska”, dijo entre risas. Aquella experiencia, profundamente local y energética, le permitió conectar con una comunidad donde, según sus palabras, “muchos geeks de banda podían convertirse en estrellas de rock”.
Paradójicamente, fue ese desencuentro lo que lo empujó hacia la música, pero el llamado del cine terminó siendo más poderoso. Años después, Isaac volvería a los escenarios, esta vez como actor, llevando con él la energía, el ritmo y la rebeldía del ska.
Hoy, Oscar Isaac es uno de los actores más talentosos y respetados de su generación. Pero su pasado musical sigue latiendo en la historia: una prueba de que el arte, en cualquiera de sus formas, siempre encuentra el camino para expresarse.
Así, el joven que alguna vez compartió cartel con Green Day se volvió una estrella de Hollywood. Pero el ritmo que lo formó en los escenarios del ska nunca lo abandonó. Solo se movió de escenario.
Porque a veces, los orígenes no solo son elementales anécdotas, sino una clave para entender la profundidad de una trayectoria. Y en el caso de Oscar Isaac, el ska no fue una alternativa: fue una raíz. Una que sigue sonando, aunque sea en silencio. El ska no fue una ruta alternativa. Fue un pulso que aún lo acompaña, aunque ahora suene en silencio y se quede en los recuerdos por la eternidad de sus fanáticos.







