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El THC llega a Circle K en una nueva bebida

Redacción: Guicel Garrido 

El THC llega a Circle K en una nueva bebida
Circle K, la gigante de tiendas de conveniencia, anunció la venta de bebidas con 10mg de THC derivado del cáñamo en más de 3,000 puntos de venta a partir de 2026.

La industria del cannabis ha dado un paso audaz y decisivo que redefine su futuro comercial. Tras décadas de ser confinado a los márgenes del consumo, tratado como un producto bajo llave y limitado estrictamente a dispensarios o plataformas especializadas, el cannabis se prepara para su debut masivo en el canal minorista tradicional. Este histórico movimiento, impulsado por gigantes del comercio como la cadena Circle K en Estados Unidos, marca un antes y un después en la historia de la sustancia. 

 

Circle K anunció que, a partir de 2026, venderá bebidas con THC derivado del cáñamo en más de tres mil puntos de venta distribuidos por todo el territorio estadounidense. La decisión no solo amplía su alcance comercial de manera exponencial, sino que acelera su normalización cultural y consolida su papel como un actor legítimo dentro de la economía global. 

 

Las bebidas seleccionadas para esta distribución masiva son desarrolladas por Horticulture Co. y cuentan con el respaldo de la marca asociada al ex basquetbolista Allen Iverson. Cada lata contendrá 10 miligramos de THC y estará disponible inicialmente en estados clave como Florida, Carolina del Norte y Carolina del Sur.  

 

La clave de esta estrategia radica en el marco legal: al utilizar THC derivado del cáñamo industrial, el producto ofrece una experiencia con efectos suaves que se ajusta a las regulaciones federales, permitiendo su venta fuera de los dispensarios. Por primera vez, el consumidor podrá adquirir un producto con cannabinoides sin necesidad de pasar por un punto de venta especializado. 

 

Este cambio trasciende la venta minorista; representa la integración definitiva del cannabis en la vida diaria. Las bebidas de cáñamo funcionan como una alternativa social y funcional, operando como un punto intermedio crucial. El consumidor ya no percibe el cannabis como una sustancia marginalizada, sino como una opción comparable a una cerveza artesanal o una bebida relajante, apta para el consumo cotidiano. 

 

Países con marcos regulatorios avanzados, como Canadá, Alemania, Suiza, Tailandia y Australia, observan de cerca cómo el modelo estadounidense redefine el mercado. La estrategia de Circle K abre la puerta para que estas naciones incorporen productos de cannabis de baja potencia en sus propios canales de venta convencionales. 


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