Cannabis Medicinal y Diabetes: Lo que la ciencia dice más allá de la publicidad
- RootsLand

- hace 6 días
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Redacción: Raquel García
El cannabis es legal en México para uso medicinal, pero la ciencia advierte que no sustituye tratamientos para la diabetes ni baja el azúcar. Solo es un apoyo modesto para el dolor y conlleva riesgos serios.

A medida que el cannabis medicinal gana terreno legal, la esperanza de sus beneficios en el tratamiento de la diabetes ha crecido exponencialmente. Sin embargo, la realidad científica es mucho más compleja y prudente de lo que sugiere la publicidad comercial y las redes sociales. Hasta la fecha, no existe evidencia científica sólida que respalde la idea de que el cannabis pueda controlar o reducir los niveles de glucosa en sangre en personas diabéticas. Su utilidad principal reside en su capacidad para ofrecer alivio complementario a ciertos síntomas asociados con la enfermedad, como el dolor neuropático y las dificultades para dormir.
La confusión en torno al cannabis medicinal se intensifica debido a la distinción crucial entre sus dos componentes clave: el tetrahidrocannabinol (THC), conocido por sus efectos psicoactivos, y el cannabidiol (CBD), que carece de ellos. Cada uno presenta perfiles de seguridad y riesgo distintos, lo que complica la generalización de cualquier hallazgo. Además, la variabilidad en los productos disponibles dificulta enormemente la comparación de resultados entre estudios científicos.
En cuanto a efectos directos en diabéticos, la investigación es limitada: en primer lugar, debe descartarse cualquier promesa de control glucémico directo, ya que no existe un medicamento cannabinoide aprobado para "bajar el azúcar". En segundo lugar, aunque se han reportado reducciones modestas del dolor neuropático en estudios pequeños, los resultados no son universales. Por último, y de gran importancia, el uso recreativo de cannabis en pacientes con diabetes tipo 1 se ha vinculado a un aumento en los episodios de cetoacidosis diabética, una emergencia médica peligrosa.
Las incertidumbres superan con creces el conocimiento bien establecido. Actualmente, no se ha podido definir con precisión cuál es el producto óptimo, la dosis adecuada, ni la duración ideal del tratamiento para mitigar los síntomas diabéticos. Además, los efectos del uso prolongado, de meses o años, sobre órganos vitales como el hígado, el corazón, así como sobre el estado de ánimo y la memoria, permanecen completamente desconocidos.
Para los pacientes que consideran el cannabis medicinal, los expertos insisten en una serie de recomendaciones esenciales. Es vital jamás reemplazar los pilares del manejo de la diabetes (insulina, metformina, dieta, ejercicio). En el caso de la diabetes tipo 1, es crucial evitar el consumo recreativo y monitorear las cetonas urinarias si se opta por el cannabis. Adicionalmente, se aconseja verificar los certificados de análisis que confirmen el contenido real de CBD/THC. El inicio del consumo debe ser gradual, registrando meticulosamente sus efectos sobre el sueño, el dolor y la glucosa. En definitiva, si bien el cannabis puede ofrecer un alivio modesto y selectivo para el dolor neuropático en algunos pacientes, no es una herramienta para controlar la diabetes y conlleva riesgos reales.







