Redactor: Sam Torne
En la década de 1950, Jamaica experimentó el surgimiento de los sound systems, potentes sistemas de sonido que reproducían música en espacios públicos. Estos eventos se convirtieron en puntos de encuentro comunitarios, ofreciendo entretenimiento y una vía de escape de las dificultades cotidianas.
Operadores como Duke Reid y Sir Coxsone Dodd fueron pioneros en esta escena, utilizando amplificadores potentes y pistas exclusivas para atraer a las multitudes. Estos sistemas no solo revolucionaron la música jamaicana, sino que también sentaron las bases para géneros como el ska, rocksteady y reggae.
Paralelamente, la cultura Rastafari emergió en Jamaica como un movimiento espiritual y sociopolítico que promovía la resistencia contra la opresión y la búsqueda de la identidad africana. Los Rastafaris adoptaron la música como una herramienta esencial para la expresión espiritual y la difusión de sus mensajes.
Las sesiones de «reasoning» eran encuentros donde se practicaba la música Nyabinghi, caracterizada por tambores y cánticos que buscaban la comunión con Jah (Dios) y la reafirmación de la identidad Rastafari.
La intersección entre los sound systems y la cultura Rastafari se dio de manera natural. Los sound systems proporcionaban una plataforma para que la música y los mensajes Rastafari llegaran a un público más amplio. A través de estos sistemas, se difundían canciones que abordaban temas de justicia social, espiritualidad y resistencia contra la opresión, resonando profundamente con las enseñanzas Rastafari.
Además, figuras emblemáticas como Jah Shaka, conocido como el «Guerrero Zulú», fueron fundamentales en esta fusión. Jah Shaka operaba un sound system en el sureste de Londres desde principios de la década de 1970, combinando ritmos de roots reggae y dub con mensajes espirituales Rastafari, creando una experiencia musical que trascendía lo meramente auditivo y se convertía en una forma de meditación y conexión espiritual.
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