El papel de Jah en la vida Rastafari: conexión con la naturaleza, el espíritu y la lucha contra Babylon
- RootsLand

- 4 mar
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Redactor: Sam Torne

El Rastafarismo es un movimiento espiritual y cultural que surgió en Jamaica durante la década de 1930, caracterizado por una profunda conexión con África y una reinterpretación única de la fe judeocristiana. En el centro de esta creencia se encuentra Jah, la representación de Dios para los rastafaris.
El término «Jah» es una abreviatura del nombre bíblico de Dios, Yahvé o Jehová. Esta denominación se encuentra en algunas versiones de la Biblia, como la King James, y en expresiones como «Hallelujah», que significa «alabad a Jah». Para los rastafaris, Jah es el Dios único y verdadero, omnipresente y omnipotente, que reside tanto en el universo como dentro de cada individuo. Esta creencia promueve una conexión personal y directa con la divinidad, sin necesidad de intermediarios.
Haile Selassie I: La encarnación de Jah
Una figura central en el Rastafarismo es el emperador etíope Haile Selassie I, cuyo nombre de nacimiento fue Ras Tafari Makonnen. Los rastafaris lo consideran la encarnación de Jah en la Tierra, el Mesías prometido que lideraría a las personas de ascendencia africana hacia la liberación y la justicia. Su coronación en 1930 fue vista como el cumplimiento de profecías bíblicas y reforzó la fe de los rastafaris en su divinidad.
Aunque el Rastafarismo es monoteísta, la concepción de Jah abarca una trinidad que incluye al Padre (Jah), al Hijo (encarnado en Haile Selassie I) y al Espíritu Santo (la presencia divina en cada persona). Esta visión refuerza la idea de que cada individuo lleva dentro de sí una chispa divina, promoviendo la autoidentificación como «I and I», que simboliza la unidad entre el individuo y Jah.
Jah como símbolo de resistencia y liberación
Para los rastafaris, Jah representa más que una deidad; es un símbolo de resistencia contra la opresión y la injusticia. La fe en Jah inspira a luchar contra el «Babylon System», término que describe las estructuras de poder corruptas y opresivas. Esta resistencia se manifiesta en prácticas culturales, música y una vida en armonía con la naturaleza.
La creencia en Jah también implica una profunda conexión con la naturaleza. Los rastafaris practican el «livity», un estilo de vida que enfatiza la pureza, la salud y la armonía con el entorno natural. Esta filosofía se refleja en su dieta «Ital», que evita alimentos procesados y promueve el consumo de productos naturales.
La adoración a Jah se expresa a través de diversas prácticas, como la meditación, la oración y la música. El uso sacramental de la «ganja» (marihuana) es común en rituales para facilitar la meditación y la conexión espiritual con Jah. Además, las ceremonias «Nyabinghi» involucran tambores y cantos que buscan alabar a Jah y fortalecer la comunidad.







