El día que un Casio cambió el reggae: Noel Davey y Wayne Smith y el nacimiento del Sleng Teng
- RootsLand

- 13 ago
- 3 Min. de lectura
Redacción: Fer Valdep

En una esquina de Waterhouse, Kingston, a mediados de la década de 1980, la precariedad y la música convivían en el mismo callejón. Fue allí donde Noel Davey, un tecladista de oído fino, recibió un Casio MT-40 que, pese a ser un instrumento económico con presets de ritmos no muy pulidos, encendió una revolución. Davey recuerda: “Conseguí ese instrumento por una razón”. Fueron su toque y su curiosidad lo que permitió descubrir un pulso que no sonaba a banda, sino a una repetición electrónica continua que luego se convertiría en la base de cientos de canciones.
El aporte conjunto de Davey y Wayne Smith fue inmediato y complementario: Davey encontró y modeló el patrón sónico del MT-40, el preajuste “rock”, al ralentizar su compás y superponer acordes; Smith, por su parte, aportó la letra y la voz que le dieron sentido y carácter al tema, con versos que alternaban humor y bravura (“Under Mi Sleng Teng”, que exalta el sleng teng frente a la cocaína). La invención instrumental de Davey y la presencia vocal de Smith formalizaron un “template” que pronto sería llamado “riddim” y que, según registros, ha servido en más de 500 versiones distintas.
Al principio la idea fue tomada a la ligera por varios productores: el sonido era “muy ligero” frente a lo que una banda podía ofrecer, y muchos no lo consideraron serio. Fue la intervención de Lloyd “Prince Jammy” James la que transformó la maqueta en el registro que conocemos: en su estudio Jammy bajó el tempo hacia un ritmo reggae, añadió piano, percusión y un syndrum, y consolidó la versión que sería estrenada en su Super Power sound system en Waterhouse. A partir de allí la demanda fue inmediata; artistas y productores acudieron al estudio buscando su propio corte sobre ese mismo riddim.
La circulación de “Sleng Teng” tuvo un efecto rápido y masivo. A fines de 1984 y entrado 1985, el riddim ya era moneda corriente: se organizó el famoso “Sleng Teng Clash'”, enfrentamiento amistoso entre DJs que puso en vivo múltiples versiones y ayudó a difundirlo tanto en Jamaica como en el Reino Unido. Con el tiempo el patrón se volvió la columna vertebral de innumerables temas y fue sampleado e interpolado por artistas de géneros diversos, desde el hip-hop hasta el rock alternativo, lo que demostró su versatilidad y alcance global.
Más allá del impacto artístico, la llegada del Sleng Teng alteró la industria local: los ritmos digitales permitieron que personas sin el respaldo técnico de músicos de estudio pudieran producir canciones, desplazando en parte el rol tradicional de los estudios y sus instrumentistas. David Rodigan comparó la magnitud del cambio con las transformaciones tecnológicas contemporáneas. Según sus palabras, “El Sleng Teng revolucionó el concepto de hacer música, tal como la inteligencia artificial lo hace hoy”.
La historia personal detrás del éxito no estuvo exenta de tensiones. Davey sufrió confrontaciones y disputas en la escena local, y lamentó problemas con contratos que le dejaron una porción menor de las regalías. Años después, el productor Augustus “Gussie” Clarke negoció un acuerdo que asignó créditos de compositor a Davey y a Jammy, con la editorial de Clarke como coadministradora; según declaraciones, este arreglo permitió a Davey obtener sumas significativas en moneda jamaicana. Por otra parte, Wayne Smith, voz indisoluble del tema, murió en 2014 a los 48 años.
Cuatro décadas después, la reedición en vinilo por VP Records/Greensleeves celebra no solo una canción sino la asociación creativa que la originó: el encuentro entre el ingenio técnico de Noel Davey y la identidad vocal y lírica de Wayne Smith. Su experimento con un pequeño teclado japonés no solo creó un riddim: abrió un nuevo capítulo en la música jamaicana y en la cultura sonora global.







