En Estados Unidos, el consumo de cannabis ha experimentado un aumento significativo desde la legalización de su uso recreativo en varios estados. Según estudios recientes, más de 61 millones de estadounidenses utilizan cannabis de forma regular, lo que representa un cambio notable en la percepción y uso de esta sustancia en la sociedad. Sin embargo, un aspecto sorprendente ha surgido: uno de los grupos clave que tradicionalmente había mostrado mayor interés en el cannabis, los jóvenes, no ha experimentado el mismo aumento en el consumo que otros grupos demográficos.
Este fenómeno se ha observado a través de encuestas y estudios realizados en los últimos años, lo que ha llevado a expertos a preguntarse por qué los jóvenes, quienes históricamente han sido los mayores consumidores de cannabis, no están siguiendo esta tendencia creciente.
El cambio en los patrones de consumo
El mayor aumento en el consumo de cannabis en Estados Unidos se ha dado entre los adultos mayores. De hecho, el uso de cannabis entre personas mayores de 65 años se ha cuadruplicado en la última década. Este grupo demográfico está cada vez más interesado en los beneficios medicinales que el cannabis puede ofrecer, como el alivio del dolor crónico, la reducción de la ansiedad y el insomnio, entre otros problemas de salud. La legalización ha permitido que más personas de edad avanzada accedan a productos de cannabis con fines terapéuticos, lo que ha influido en este cambio de patrón de consumo.
Por otro lado, los jóvenes, que solían liderar las tasas de consumo, han mostrado una estabilización e incluso una ligera disminución en su uso. Esto podría deberse a varios factores, como una mayor conciencia sobre los riesgos para la salud, el aumento de la oferta de otras sustancias, y la percepción de que el cannabis ya no es una «droga prohibida» o rebelde, perdiendo su atractivo entre los adolescentes y adultos jóvenes.
Con la legalización del cannabis en 23 estados, más personas tienen acceso a productos regulados, lo que ha permitido que nuevos segmentos de la población, como los adultos mayores, experimenten con su consumo. Las tiendas dispensadoras, que ofrecen una amplia gama de productos, desde flores secas hasta comestibles y aceites, han facilitado la entrada de nuevos consumidores al mercado.
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