En Argentina, una nueva tendencia está ganando terreno entre los consumidores de drogas ilegales: los vaporizadores de marihuana. Estos dispositivos, populares en el mercado del cannabis legal en Estados Unidos, han comenzado a aparecer en operaciones policiales recientes en ciudades como Rosario y Buenos Aires. Los vaporizadores, alimentados por aceite de THC, están desplazando a las formas tradicionales de consumo, como las pipas y los porros, debido a su facilidad de uso y la discreción que ofrecen.
Estos vaporizadores, que son ilegales en Argentina, se han convertido en una novedad costosa entre los dealers locales. En los allanamientos recientes, se ha encontrado que estos dispositivos se venden por precios que oscilan entre los 70.000 y 100.000 pesos, una cifra considerablemente más alta que los 20 a 30 dólares que cuestan en los dispensarios de cannabis en Estados Unidos. Sin embargo, su elevado precio no es lo único preocupante. Diversos estudios han vinculado el uso crónico de estos dispositivos con daños pulmonares y enfermedades respiratorias, incluida una condición conocida como EVALI, identificada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos en 2019.
En Rosario, la División Antidrogas de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal llevó a cabo un operativo que resultó en la detención de tres personas vinculadas a la venta de estos vaporizadores a través de la plataforma Telegram. Durante el operativo, se incautaron 46 cartuchos de aceite de cannabis, varios vaporizadores, hongos alucinógenos, y dos millones de pesos en efectivo. Este grupo de dealers también ofrecía otros productos de alta potencia, como DMT puro, una molécula alucinógena presente en la ayahuasca.
Este no fue un caso aislado. Semanas antes, la Policía de la Ciudad arrestó a un joven de 24 años en la zona de Chacarita, Buenos Aires, que vendía vaporizadores similares en una plaza. Estos operativos reflejan la creciente presencia de estos dispositivos en el mercado negro argentino, alimentada por la demanda de productos cannábicos de alta potencia que son la norma en Estados Unidos.
El uso de productos cannábicos de alto poder no está exento de riesgos. Un caso reciente en Palermo, Buenos Aires, dejó en evidencia las posibles consecuencias. Dos jóvenes experimentaron una grave intoxicación tras consumir gomitas de THC, un producto similar en potencia a los aceites utilizados en los vaporizadores. Ambos fueron trasladados al hospital con síntomas severos, lo que subraya la peligrosidad de estos productos, especialmente cuando se consumen sin la regulación y control adecuados.
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