Redacción Frida
Las plantas de cannabis están cubiertas de pequeños compuestos microscópicos denominados tricomas, semejantes a diminutos pelos con forma de hongos. Estos tricomas rodean la flor de marihuana y son los productores de los cannabinoides de la planta. A partir de estos tricomas, se extraen diferentes variedades que llevan a la creación de productos conocidos como "concentrados de cannabis". Estos concentrados pueden contener altísimos niveles de tetrahidrocannabinol (THC), el principal componente psicoactivo de la marihuana.
Los concentrados de marihuana pueden ser producidos tanto en un ámbito comercial con equipamiento moderno como en casa. Los métodos de producción incluyen:
- Procesamiento en seco
- Procesamiento con hielo seco
- Procesamiento con agua
- Combinación de presión y calor
- Uso de disolventes no inflamables de dióxido de carbono
- Uso de disolventes inflamables como butano, propano, éter y alcohol
Es notable mencionar que el butano es ampliamente utilizado en la producción de un potente concentrado llamado BHO (Butane Hash Oil o aceite de hachís al butano).
El producto final puede variar en textura y consistencia:
- Una cera líquida y pegajosa
- Una sustancia sólida suave parecida a un bálsamo labial
- Una sustancia sólida y rígida de color ámbar
Aunque en muchas ocasiones los términos "concentrados" y "extractos" se usan indistintamente, pueden tener diferencias según el método de extracción. El término "dabs" generalmente se refiere a los productos hechos exclusivamente con aceite de hachís al butano, aunque coloquialmente se usa para concentrados extraídos de otras maneras.
Los concentrados de marihuana tienen altas concentraciones de THC, con algunos productos alcanzando hasta un 80% de contenido. Estos niveles son considerablemente más altos que la marihuana común, que tiene un contenido promedio de THC ligeramente superior al 15%. La absorción rápida de grandes cantidades de THC aumenta los riesgos asociados con la dependencia, ansiedad, paranoia y psicosis. Adicionalmente, la presencia de contaminantes, como pesticidas y solventes residuales, puede ser una preocupación para los consumidores.
El proceso de producción de concentrados usando disolventes, como el butano, es peligroso y ha causado incendios y explosiones. Las quemaduras resultantes pueden ser graves y cubrir gran parte del cuerpo. Aunque la marihuana es legal en estados como Colorado y California, la fabricación de aceite de hachís utilizando líquidos inflamables sigue siendo ilegal. Las autoridades recomiendan utilizar métodos alternativos o comprar en establecimientos autorizados.
En resumen, mientras que los concentrados de marihuana ofrecen una forma potente de consumir cannabis, es esencial ser consciente de los métodos de producción y los riesgos asociados.
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