En abril, la Cineteca Nacional está de gala y presenta la Retrospectiva Mujeres Documentalistas, con quince largometrajes producidos grupalmente en México durante los 20 años pasados.
La retrospectiva sugiere la necesidad de ampliar y fomentar la diversificación de la oferta cinematográfica, dentro del caos que la pandemia ha traído a los exhibidores, por lo que la Cineteca genera una estrategia estimulante e indispensable para la cinefilia capitalina.
La institución ha sabido adaptarse a estrategias de programación híbrida que ya quiere poner en práctica modelos más modestos, como el cine Tonalá, en alianza con plataformas como Filminlatino para el cine mexicano o MUBI para cine de autor.
El público estará más que agradecido por el ciclo Mujeres documentalistas, con 16 largometrajes:
La tempestad (Tatiana Huezo, 2016), Batallas íntimas (Lucía Gajá, 2016), La pasión de María Elena (Mercedes Moncada, 2003), Agnus Dei, cordero de Dios (Alejandra Sánchez, 2011), Morir de pie (Jacaranda Correa, 2011), Retrato de una búsqueda (Alicia Calderón, 2014); Flor en otomí (Luisa Riley, 2012), El buen cristiano (Izabel Acevedo, 2016) Visa al paraíso (Lilian Liberman, 2010), Bellas de noche (María José Cuevas, 2016) Plaza de la Soledad (Maya Goded, 2016), Bosque de niebla (Mónica Álvarez Franco, 2017) Esa era Dania (Daniela Ludlow, 2016), Trazando Aleida (Christiane Burkhard, 2007) Baño de vida (Dalia Reyes, 2016) y La primera sonrisa (Guadalupe Sánchez Sosa, 2014).
Algunos de estos títulos se presentan en varias plataformas, en particular en Filminlatino, pero es una oportunidad verlos ahora reunidos en una buena curaduría.
Comments