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Aleteos de mariposa


Por Deborah Buiza


¿Cuándo decidiste lo que hoy eres?


Puede resultar extraña la pregunta sobre todo porque la vida va tan rápida, a veces tan imprevista y otras veces tan rutinaria que podemos “olvidar” que aún entre todo lo que sucede a nuestro alrededor podemos elegir.


En algún momento, que quizás ya no tengas presente, decidiste lo que querías de la vida, hiciste un plan mental de cómo sería, te imaginaste cómo serías cuando acabaras la escuela, encontraras pareja, trabajaras, formaras una familia, viajaras, consiguieras algunas cosas o alcanzaras algunos sueños y entonces te levantaste día tras día e hiciste algo para conseguir esa vida. Tal vez funcionó o quizás no.


Todo el tiempo estamos tomando pequeñas decisiones y eso va construyendo nuestros días, nuestra persona, nuestras relaciones, nuestros proyectos, sin embargo, no somos conscientes del impacto y su importancia, lo tenemos tan en automático que simplemente lo hacemos y sólo nos cuestionamos o nos conflictuamos cuando nos damos cuenta que es una “gran decisión” lo que tenemos enfrente.


A veces en principio decidimos algo, pero a la hora de llevarlo a la acción tomamos otros rumbos y eso modifica todo.


¿Te has preguntado cómo decides a qué hora te despiertas y lo que haces al levantarte? ¿Cómo decides lo que habitualmente desayunas, comes y cenas? ¿Cómo decides que programa ver, que lectura hacer o si realizarás ejercicio? ¿Qué pasaría si decidieras despertar a otra hora, comer otros alimentos, consumir otros contenidos y hacer o no ejercicio? ¿Qué impacto tendría eso en tu vida en cinco o diez años? ¿Puedes imaginarlo?


En la película El efecto mariposa (The Butterfly Effect, 2004) el protagonista tiene la oportunidad de regresar en el tiempo para tomar otras acciones y con ello alterar el futuro, nosotros no tenemos esa posibilidad pero si la de ir cambiando nuestras pequeñas acciones diarias para ir acercándonos más a lo que nos gustaría ser, tener o experimentar en el mañana, pero eso sólo podría pasar si te das cuenta de lo que hay que modificar y para eso tienes que cuestionarte dónde esta esa pequeña decisión que forma parte del gran todo, de un nuevo gran todo.


Se dice que “el aleteo de una simple mariposa puede provocar un tifón al otro lado del mundo”.


Observa tu día a día, tus elecciones, tus acciones, regístralas y analízalas, ¿qué podrías elegir y hacer diferente que te lleve a un lugar totalmente distinto al que estás? Y no es que el cambio sea en automático o sea mágico, sino que las pequeñas acciones diarias se pueden convertir en grandes acciones que puedan transformar un futuro.


¿Cuándo decidirás lo que mañana quieres ser?

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