Alemania ha dado un paso significativo en el panorama de las políticas de drogas al aprobar la legalización del cannabis para uso recreativo. El Parlamento alemán ratificó esta medida el pasado viernes con 407 votos a favor y 226 en contra, convirtiendo al país en uno de los pocos en Europa en adoptar una postura tan liberal hacia esta sustancia.
A partir del 1 de abril, los ciudadanos alemanes podrán comprar cannabis o cultivarlo en sus hogares para consumo personal. La nueva ley permite la posesión de hasta 25 gramos de cannabis al día para uso personal, a través de asociaciones reguladas de cultivo de cannabis, y hasta tres plantas por hogar para consumo propio. Sin embargo, el consumo y posesión seguirá estando prohibido para menores de 18 años.
Con esta medida, Alemania se une a otros países que han adoptado políticas similares, como Malta y Luxemburgo en Europa, y Uruguay y Canadá en América. Países Bajos, con su modelo de "coffee shops" que tolera la posesión y venta de pequeñas cantidades de cannabis desde 1976, también se encuentra entre los precursores de esta regulación.
El ministro de Salud, Karl Lauterbach, destacó la necesidad de esta legislación para combatir el consumo de cannabis proveniente del mercado negro, el cual carece de garantías sobre la calidad y composición de la droga. Sin embargo, la aprobación de la ley no estuvo exenta de controversia, con críticas provenientes de la oposición conservadora y algunas asociaciones médicas y judiciales.
A pesar de la resistencia de algunos sectores, el gobierno defiende que esta reforma ayudará a combatir el narcotráfico de manera más eficaz y proporcionará un marco regulatorio para el consumo de cannabis. La medida refleja un cambio de paradigma en las políticas de drogas, ya que varios países, tanto en América Latina como en Estados Unidos, han optado por la legalización o despenalización del cannabis en distintos niveles en los últimos años.
Fotografía vía @Political_Room