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Albergues de animales: poco apoyo y mucho trabajo


Por José Manuel Rueda Smithers


“Me miraba con la mirada que me reservó toda su dulce,


su peluda vida, su silenciosa vida,


cerca de mí, sin molestarme nunca,


y sin pedirme nada.”


Pablo Neruda




Esta columna se dedica a los perrhijos, esa compañía noble que tanto ayuda


a mejorar la vida, y poco caso le hace la mayoría de las personas.




“Todos mis perros, que son enviados por Dios a mi casa, son muy agradecidos y felices”… Así empezó mi breve charla con Georgina Winter, una de esas personas tan dinámicas, que destina gran parte de su tiempo y sus recursos para atender a sus más de 11 acompañantes en su casa –no nada más perros y gatos- que conste. Y menciona a algunas de sus muchas amigas que se dedican a lo mismo, y que merecen nuestra atención:


“Sara Nielsen de Noruega tiene como 85 perros, Deborah López como 80, Jessica Casarrubias tiene 500. Georgina Huerta 250 y 30 gatos y a más de 200 que alimenta fuera del refugio San Gregorio”.


Hasta hace unos días, hubo una muy interesante campaña de adopción de animales, pensada justo, en paralelo al proceso electoral que vivimos en México. El sábado se hizo el cierre de campaña en el albergue junto con la agencia creadora, en el albergue de Gina Huerta, en San Miguel Ajusco.


Gina Huerta, quien lanzó la campaña “electoral perruna”, tiene 250 perros y 30 gatos, alimenta a más de 200 perros diariamente que viven en el bosque del Ajusco porque nacieron allí o fueron abandonados por personas que vienen de la CDMX.


Hay un maestro de la UNAM, que con su esposa (cuyos nombres no pudimos recordar), alimentan diariamente a otra cantidad de perritos del bosque. Los proveen de comida y agua. Él una vez me contó, dijo Georgina, que todo el dinero de la pensión de él y su esposa lo invierten en esta causa y ellos viven de lo que hoy ganan trabajando. Son personas como de 60 años de edad y se les ve realmente felices, más allá del compromiso, viven realizados con lo que hacen.


Como Cultura Impar, con los datos de Georgina, me puse a buscar más para entender cómo es que en los pueblos del Ajusco, hay una gran cantidad de perros abandonados. Y es real el que los animalistas no se dan abasto (término bien aplicado), y dado que son seres vivos, requieren alimento, agua, vacunas, atención médica, además pago al servicio de basura para que se lleven los excrementos, y claro, por la zona, pago de agua por servicio de pipa.


“El gasto es enorme y el apoyo muy poco”, sentencia Georgina.


Y añade que su amiga Deborah tiene una tienda donde venden todo lo que la gente le dona, muebles, ropa, revistas, libros, zapatos, etc. y el producto de la venta es solo para sostener a sus perrhijos.


Areli Monter es una chica abogada exitosa y catedrática. Tiene su albergue Oceanican con más de 300 perros supercuidados. También hace defensas jurídicas para los animales maltratados. Es una chica de noble corazón como todas las animalistas del Ajusco.


Jessica es veterinaria y todo lo que gana es para sostener su casa hogar, Omeyucan. Es muy buena en su trabajo. Y recibe donaciones, pero las necesidades son muchas. Con 500 perrhijos, gasta en agua como $3000 pesos mensuales, en el servicio de limpia como “2000, más el alimento, vacunas y medicamentos.


Los perritos que se dan en adopción se entregan vacunados, esterilizados, desparasitados, bañados y guapos. Hay de todas las razas, edades, colores, tamaños, temperamentos y todos muy agradecidos siempre con sus adoptantes.


Porque les cambia la vida, de eso no hay duda.


Muchos albergues ofrecen también capacitación a los animales, para que se conviertan en un verdadero apoyo para quienes sean sus nuevos compañeros de vida. Porque la palabra dueño, en lo personal, la considero despectiva hacia estos seres tan amorosos.


Por ejemplo, encontré en internet la página ACUMI –Animales con una misión de integración-, que solo por mencionar a una de sus muchas actividades, hacen enormes esfuerzos para capacitar a perros que han sido rescatados para que sean animales de apoyo emocional.


En su página, menciona que “No todos los perros rescatados pueden ser animales de apoyo emocional, por lo que son cuidadosamente seleccionados según la estabilidad emocional que presente el perro con la que enfrenta diferentes estímulos; El agrado del perro a estar con las personas; y la capacidad de aprendizaje del perro”.


Y Georgina termina la charla, como es ella, de buena manera: “Ojalá muchos peluditos logren tener un hogar amoroso y responsable”.


Sólo hay que estar conscientes de que todos estos albergues y animales, requieren mucho apoyo, no nada más en dinero, que conste que sí es importante, pero no lo único.

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