Tailandia cierra el grifo del cannabis

Redacción: Inés Arroyo 

Tailandia cierra el grifo del cannabis

La despenalización del cannabis en Tailandia, aplicada en 2022 con la intención de impulsar el mercado medicinal, ha derivado en una problemática inesperada: el aumento del tráfico ilegal de marihuana hacia Europa, con turistas jóvenes como intermediarios. 

Las autoridades tailandesas permitieron la venta legal de cannabis en dispensarios, pero también surgió un mercado informal que opera en calles y zonas turísticas. Esta flexibilidad atrajo tanto a viajeros interesados en el consumo recreativo como a redes criminales, que han utilizado a jóvenes turistas como “mulas” para contrabandear droga hacia otros países. 

En mayo pasado, Bella Culley, de 18 años, fue detenida en Georgia con 14 kilos de cannabis. Ese mismo día, Charlotte May Lee, azafata de 21 años, fue arrestada en Sri Lanka con un millón de euros en marihuana. Ambas salieron desde Bangkok. Hoy enfrentan cargos graves y posibles sentencias de cadena perpetua. 

Según la Agencia Nacional contra el Crimen del Reino Unido, en 2024 se decomisaron casi 27 toneladas de cannabis en aeropuertos —un salto enorme respecto a las 2 toneladas de 2022—. La mayoría de las detenciones estaban vinculadas a vuelos que partían desde Tailandia. 

El caso del exfutbolista Jay Emmanuel-Thomas, capturado con 60 kilos de droga en Londres tras salir de Bangkok, reforzó la preocupación internacional. Las redes delictivas suelen reclutar jóvenes a través de redes sociales, cubriéndoles viajes y ofreciéndoles miles de euros a cambio de trasladar la mercancía. 

Ante este escenario, el gobierno de la primera ministra Paetongtarn Shinawatra está dando marcha atrás. Recientemente, anunció nuevas restricciones: el cannabis volverá a usarse exclusivamente con fines médicos, y más de 18 mil tiendas deberán adecuarse a nuevas regulaciones. Según medios locales, la presión del Reino Unido fue clave para este cambio. 

El gobierno también trabaja en medidas más estrictas para evitar que Tailandia continúe siendo un punto estratégico del tráfico de marihuana hacia Europa. 

La pregunta que queda en el aire es: ¿podrá una industria de mil millones de dólares ser contenida sin cerrar definitivamente sus puertas?