Ska: un género de lucha, resistencia y conexión social
- RootsLand

- 21 ago
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Redacción: José Sahagún

En el artículo "El Ska es un género de lucha", Lucero Morales Fragoso reflexiona sobre cómo el ska ha acompañado históricamente procesos de protesta, cohesión social y pertenencia cultural, desde sus raíces jamaiquinas hasta su resonancia actual en América Latina.
Orígenes y discurso de resistencia
El ska nació en Jamaica a finales de los años 50 como una fusión de géneros caribeños (mento, calipso) con R&B y jazz estadounidenses, consolidándose como un sonido vibrante e identitario. En sus conciertos y grabaciones iniciales, evocaba los sound systems y el vigor de los “rude boys”, jóvenes que se identificaban con una estética y rebeldía urbana.
Segunda ola y crítica sociopolítica
Con la migración jamaiquina a Inglaterra en los 70 y 80, surgió la nueva ola 2 Tone, caracterizada por su mensaje antirracista, integración multicultural (bandas multirraciales) y el emblemático diseño de cuadros blanco y negro. Grupos como The Specials promovieron la unidad de clase y rechazaron las ideologías extremistas.
En países latinoamericanos como México y Argentina, el ska fue adoptado con fuerza por bandas como Maldita Vecindad, Panteón Rococó y Los Fabulosos Cadillacs, que resignificaron el género hacia la protesta, la inequidad, el antiimperialismo y la justicia social. Temas como “La Carencia” o “Matador” se convirtieron en himnos de resistencia urbana.
El ska ha sido —y sigue siendo— una herramienta cultural de lucha: contra la opresión, el racismo, la injusticia económica y política. Su combinación de ritmo, lírica y estética visual lo hace relevante como vehículo de expresión colectiva. Invita a reflexionar y a compartir el poder de esta música de resistencia: escúchalo, analízalo y déjalo intacto en tu identidad.







