Redacción: Inés Arroyo

Aunque la venta de marihuana para uso recreativo sigue siendo ilegal en México, en Nuevo León existen negocios que aprovechan los vacíos legales para comercializar cannabis. Estos establecimientos, ubicados principalmente en Monterrey, operan bajo un sistema que elude la regulación vigente, dejando al consumidor en una zona gris legal.
En 2021, la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró inconstitucional la prohibición total del uso recreativo de la marihuana, ordenando al Congreso legislar sobre el tema. Sin embargo, hasta ahora no se ha aprobado una ley que regule el consumo recreativo, lo que ha permitido que los negocios encuentren maneras de operar sin cumplir con las normativas legales.
En estos dispensarios, no se vende directamente marihuana. Los usuarios deben afiliarse a asociaciones civiles y tramitar un amparo judicial que les permita poseer y consumir la planta. En lugar de marihuana pura, estos lugares venden productos derivados, como pipas, bongs, aceites para vapear y suplementos alimenticios con cannabis. La venta de estos productos se justifica bajo la figura de las asociaciones, pero carece de una legislación clara.
Arturo Fernández, activista y miembro del Happy Face Club, explica que, para obtener el amparo, los usuarios deben primero solicitar una licencia ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). Aunque generalmente la licencia es rechazada, los solicitantes recurren al amparo judicial para obtener la autorización.
A pesar de la falta de una regulación clara, algunos dispensarios venden productos que contienen cannabidiol (CBD), que es legal si cumple con los requisitos establecidos por Cofepris. Sin embargo, muchos de estos lugares comercializan cannabis con tetrahidrocannabinol (THC), el compuesto psicoactivo, sin tener los permisos correspondientes, lo que los coloca fuera del marco legal.
México, aunque es uno de los mayores productores de marihuana, depende de la importación de cannabis, principalmente desde Canadá y Estados Unidos, para abastecer este mercado. El costo de importar semillas legales es elevado, lo que limita el acceso para pequeños consumidores y favorece a grandes empresas.
El debate sobre la legalización de la marihuana para uso recreativo está estancado en el Congreso. Aunque se han dado avances en la regulación del CBD con fines medicinales, la marihuana recreativa sigue sin regulación. En Nuevo León, incluso se han presentado iniciativas locales para regular el mercado, pero aún no han sido aprobadas.
Activistas como Fernández insisten en la necesidad de una regulación que permita un mercado seguro tanto para consumidores recreativos como para aquellos que utilizan la planta con fines médicos. La falta de legislación ha dejado un vacío que continúa siendo aprovechado por los negocios, mientras el mercado negro sigue creciendo.
En conclusión, la situación de la cannabis en Nuevo León muestra una industria que prospera en la ausencia de una regulación clara. La necesidad de una legislación que garantice un consumo seguro y promueva la investigación es urgente. Sin una ley que regule adecuadamente el mercado, el consumo de marihuana seguirá operando en la ilegalidad.
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