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Mentes criminales


Qué hay de nuevo… Viejo! Por Araceli Mendoza Un acto impensable dejó a la sociedad de Guadalajara con miedo y sintiéndose desprotegida: el secuestro de Don José Guadalupe Zuno por las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (FARP). Habían secuestrado al suegro del presidente Luis Echeverría Álvarez (LEA). De inmediato, las salidas de Guadalajara fueron controladas por el Ejército. No se hicieron esperar las muestras de unidad hacia el presidente Echeverría condenando la violencia: soldados retirados, jóvenes de ideas están con LEA, como se veía y leía en los cerros que rodean a la Ciudad de México o al Estado de México cuando estaba en campaña. La unidad Revolucionaria del movimiento armado de 1910 En su momento, el senador Celestino Pérez y Pérez habló en nombre de los revolucionarios: “Hacer violencia –lo afirmamos- es tarea de hombres: de hombres moldeados a golpes de vida, a golpes de realidad. La violencia social, la violencia popular, es tarea de hombres, no de bandoleros”. Estos hombres de aquellos años institucionales, comprometidos, no podrían imaginar la situación que estaban viviendo con el gobierno de LEA. El Consejo directivo de la Liga de Economistas Revolucionarios de la República Mexicana, A. C., manifestó su absoluta solidaridad con la familia Zuno Arce por el cobarde secuestro de Don José Guadalupe Zuno, tapatío progresista, hombre bueno que sirvió a su Patria en varios frentes. El secuestro cobarde por individuos de postura religiosa o ideológica, perjudica absurdamente a la familia Zuno y a la sociedad mexicana. Repudiaron estos profesionistas las tácticas “rufianescas” que algunos grupúsculos fascistoides han venido usando en su fallido y malsano intento de perjudicar a México que, no obstante, progresa dinámicamente; grupúsculos que abusan de la humanitaria y conciliatoria actitud de nuestras autoridades, que gozan de la cabal simpatía, respaldo y respeto de la ciudadanía. Nuestra confianza invariable en la capacidad del mexicano para resolver constructiva, sensatamente, sus problemas, no importa la magnitud, número o el tipo de ellos. La condena al secuestro cundió por todos lados y las páginas de los diarios de circulación nacional se dedicaron a recordar la labor de José Guadalupe Zuno. La otra preocupación era la salud del plagiado, pues la diabetes que padecía requería de medicamentos diarios. El secretario de Gobernación, Mario Moya Palencia, declaró que sólo a “mentes criminales y con espíritu de provocación”, se les pudo haber ocurrido atentar contra el Lic. José Guadalupe Zuno, “hombre de tantas virtudes morales y revolucionarias”. Habría que entender esta declaración años más tarde y leer muy bien entre líneas lo dicho por Mario Moya Palencia. De hecho, él se encontraba en Bucarest. A su llegada a París, el 29 de agosto de 1974, declaró a la Agencia France-Presse que mantendría su itinerario y su programa “a pesar de los acontecimientos que son del dominio público”. El primer comunicado de las Fuerzas Revolucionarias Armadas del Pueblo con las condiciones para liberar a Don José Guadalupe Zuno fue enviado al periódico La Prensa, y en él solicitan 20 millones de pesos, la publicación de “un comunicado político”, la liberación de diez presos y el cese de las actividades contraguerrilla del gobierno. A través de un telegrama anónimo también se avisó al periódico La Prensa que en el restaurante “Romano” había dos sobres con el comunicado: uno para La Prensa y otro para Excélsior. El gobierno de Luis Echeverría estuvo marcado por la aparición de organizaciones radicales como resultado de la represión al Movimiento Estudiantil de 1968, las cuales se hicieron notar con el secuestro de figuras públicas. Una de sus víctimas fue el suegro del mismísimo presidente. El secuestro del suegro de Echeverría, una historia olvidada Durante los días del secuestro, el presidente Echeverría no habló en forma directa sobre lo ocurrido; fueron los encargados de la Procuraduría General de la República quienes prometieron castigo ejemplar para los responsables.


Por cierto, Luis Echeverría no aparece en esta foto al lado de su “compañera”, María Esther Zuno, quien apoyó a las mujeres y llevó a cabo el Servicio Social Voluntario con esposas de gobernadores y de embajadores. Esposa del presidente e hija del secuestrado. El secuestro concluyó el 7 de septiembre de 1974. José Guadalupe Zuno Hernández fue liberado en un sector de Guadalajara y no se dieron detalles sobre el posible pago a los miembros de las FARP. ¿Existe alguna carpeta de investigación de este secuestro? Sería importante saber qué fue de los 20 millones de pesos y de los integrantes de la organización delictiva. ¿Por qué Echeverría guardó silencio ante una provocación a su familia y a él mismo? ¿Acaso quiso infundir miedo en la población? Este tipo de acciones son un método que muchos dictadores practican para controlar a la población, y siempre pagan los más inocentes por las frustraciones políticas e intereses. Lamentablemente, desde aquellos años hasta hoy, la violencia sigue creciendo de manera manipulada. Hoy la sociedad está más informada por las redes sociales; todos tienen un teléfono, no una arma larga, y los políticos que quieren implementar estas prácticas no se percatan de que afectan a México, a personas inocentes, y el pueblo ya está hasta la madre de gente con “mentes criminales” que tienen que acudir a esto porque no saben gobernar y actúan cobardemente. Amigos lectores: les recomiendo el libro “El Todopoderoso”, de Irving Wallace, un libro interesante que relata varios hechos terroristas, con la finalidad de crear zozobra… Fuente: Hemeroteca Nacional, La Prensa. quehaydenuevoviejo760@yahoo.com.m

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