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Las letras que el poder temía: Cómo el reggae se transformó en crónica social y arma política en Jamaica

Redactor: Sam Torne 

Bob Marley
Bob Marley

Durante las décadas de 1970 y 1980, Jamaica vivió uno de los períodos más convulsos de su historia reciente. Las tensiones entre los partidos políticos People’s National Party (PNP) y Jamaica Labour Party (JLP) desembocaron en una ola de violencia callejera, represión estatal, intervención extranjera y un deterioro generalizado de las condiciones de vida. En ese contexto, el reggae se convirtió en mucho más que música: fue el altavoz del pueblo y una forma de resistencia cultural frente a la opresión. 

 

A través de letras cargadas de simbolismo, crítica directa y espiritualidad rastafari, artistas como Peter Tosh, Bob Marley, Burning Spear, Culture, Steel Pulse o Black Uhuru expresaron el sufrimiento de las comunidades marginadas, denunciaron los abusos del sistema y exigieron justicia social. En palabras de Peter Tosh: «No quiero paz, quiero justicia». 

 

Canciones como «Equal Rights» y «Downpressor Man» de Peter Tosh, «War» de Bob Marley (inspirada en un discurso de Haile Selassie) o «Two Sevens Clash» de Culture, no solo se volvieron himnos internacionales, sino también documentos sociales que retrataban con crudeza la pobreza estructural, la brutalidad policial, el racismo y la desesperanza de la juventud jamaiquina. 

 

Los sound systems —espacios populares donde se reproducía música al aire libre— funcionaron como canales alternativos de información, donde los mensajes políticos se colaban entre los ritmos y los bajos. Era una forma de decir la verdad cuando los medios oficiales callaban. 

 

Espiritualidad, identidad y revolución cultural 

El componente rastafari en las letras de reggae no era solo religioso. Representaba una alternativa espiritual y política al sistema occidental, al que muchos artistas se referían como «Babilonia». Esta visión permitía una crítica radical al colonialismo, al capitalismo salvaje y al racismo, al tiempo que ofrecía esperanza a través del regreso simbólico a África. 

 

En medio de la represión, el reggae proporcionó un lenguaje común para las clases populares, capaz de unificar voces dispersas y convertirlas en un movimiento global. Mientras la violencia fragmentaba a la sociedad, el reggae reunía, educaba y movilizaba. 

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