La censura y persecución del ska en regímenes autoritarios: un sonido de resistencia
- RootsLand

- 10 mar
- 2 Min. de lectura
Redactor: Sam Torne

El ska, género musical originado en Jamaica en los años 50, ha sido históricamente una herramienta de expresión social y política. Su evolución y adopción en diferentes partes del mundo lo han convertido en un vehículo para la protesta y la resistencia. Sin embargo, en contextos de regímenes autoritarios, esta forma de expresión ha enfrentado censura y persecución.
Ska y represión en la Unión Soviética
Durante la era soviética, especialmente en las décadas de 1970 y 1980, la música occidental era vista con sospecha y, a menudo, con abierta hostilidad. Géneros como el punk, el rock y el ska fueron considerados peligrosos para la juventud soviética debido a su potencial para incitar al desorden y promover valores contrarios al régimen.
Bandas emblemáticas como The Clash y Madness fueron incluidas en listas negras, prohibiendo su difusión en medios estatales y restringiendo su acceso al público. Esta censura no solo limitó la diversidad musical, sino que también buscó controlar las influencias culturales que pudieran desafiar la ideología oficial.
El caso de México: ska y movimientos sociales
En México, el ska se convirtió en una voz para los movimientos sociales y las protestas contra las injusticias. Bandas como Tijuana No! y Panteón Rococó utilizaron sus letras para apoyar al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y criticar las políticas gubernamentales.
Aunque México no vivió una dictadura militar en las últimas décadas del siglo XX, las autoridades mostraron reticencia hacia estas expresiones musicales, viéndolas como potenciales focos de disidencia. A pesar de ello, el ska mexicano floreció, convirtiéndose en un símbolo de resistencia y solidaridad con las causas populares.
Censura musical en otras dictaduras
La censura musical no ha sido exclusiva de la Unión Soviética o México. En Argentina, durante la dictadura militar (1976-1983), el rock y otros géneros fueron objeto de censura. Artistas fueron perseguidos, y sus canciones prohibidas, en un intento por silenciar cualquier forma de resistencia cultural. Aunque el ska no era predominante en Argentina en esa época, la represión hacia expresiones musicales consideradas subversivas muestra un patrón común en regímenes autoritarios.
A pesar de la censura y la persecución, el ska ha demostrado ser resiliente. En muchos casos, las restricciones impuestas por los regímenes autoritarios han fortalecido la determinación de los músicos y seguidores, convirtiendo al género en un símbolo de resistencia. La música ha servido como un medio para unir a comunidades, expresar descontento y mantener viva la esperanza en tiempos de opresión.







