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GBX, la voz rebelde del reggae haitiano que sigue sonando en su pueblo

GBX, la voz rebelde del reggae haitiano que sigue sonando en su pueblo
GBX, la voz rebelde del reggae haitiano que sigue sonando en su pueblo

Redacción: Ismael Salgado


"Adras Jean-Baptiste", conocido artísticamente como "GBX", dejó una huella profunda en la música haitiana a través del reggae, un género poco común en el país pero que él convirtió en su bandera. Originario de "Anse-à-Foleur", una pequeña localidad del noroeste haitiano, "GBX" transformó su vida y la de muchos a través de canciones que hablaban con franqueza sobre la pobreza, la violencia y la desigualdad que enfrenta su país. Aunque falleció en 2025 a los 39 años, su música y su mensaje siguen vivos entre quienes lo escucharon cantar con el corazón y la conciencia. Para muchos, "GBX" no fue solo un artista, sino una voz que representó la verdad de quienes no suelen tener micrófono.

 

Su camino musical comenzó en el rap criollo, pero fue en el reggae donde encontró libertad y una conexión más profunda con su comunidad. Fundó el grupo "Sektè Rasta" junto a su hermano menor, "Yslet Jean-Baptiste", en su ciudad natal, con la firme convicción de que el arte debía reflejar la vida real. “Nuestra fuente de inspiración es lo que vivimos; No cantamos lo que no vivimos”, dijo su hermano, al recordar cómo el grupo buscaba expresar las dificultades cotidianas del pueblo haitiano. A diferencia de otros géneros populares centrados principalmente en el amor romántico, "GBX" optó por hablar del hambre, la violencia, el miedo, y también de la esperanza y la dignidad.

 

Durante su carrera, "Jean-Baptiste" publicó dos discos que suman 17 canciones, entre las que destacan “Nèg yo pa vle wèm”, “Mal paka fini”, “Renmen lajan amò” y “Di mwen”. En ellas denunció abiertamente la inseguridad causada por las pandillas armadas, la corrupción política y el abandono que sufren las comunidades rurales. Sus letras crudas y sinceras le valieron una base de seguidores fieles, que no solo lo admiraban por su talento, sino por su compromiso. "GBX" también fue un hombre de trabajo: se desempeñó como soldador, herrero, albañil y fontanero, lo que lo mantenía conectado con la realidad que plasmaba en sus canciones. Estudió retórica en Puerto Príncipe, pero regresó a "Anse-à-Foleur" para pasar sus últimos meses de vida cerca de su gente.

 

A más de un año de su partida, su recuerdo sigue vivo. Las redes sociales se han convertido en un espacio donde fanáticos, amigos y vecinos comparten sus letras, sus mensajes y su voz. “Tu música suena dónde quiera que vaya”, escribió un seguidor. “Tu voz es oro puro”, comentó otra. En cada rincón de "Anse-à-Foleur", "GBX" sigue presente no solo como artista, sino como un símbolo de resistencia cultural y verdad social. Su legado no se mide en discos vendidos, sino en la capacidad de haber hecho visible lo invisible, de haber puesto en palabras lo que muchos sienten. En Haití, su música es ya parte del tejido colectivo de quienes siguen creyendo que el arte puede cambiar las cosas.


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