El ska volvió a tomar las calles: Los Auténticos Decadentes hicieron vibrar Puebla en una fiesta colectiva
- RootsLand

- 10 nov
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Redacción: Naomi Vargas
La energía del ska volvió a sentirse en cada rincón de Puebla. Como parte del Festival Internacional de Puebla, la banda argentina Los Auténticos Decadentes reunió a miles de personas en el emblemático Paseo Bravo, donde la música se convirtió en el lenguaje común entre generaciones, estilos y culturas. Lo que comenzó como un concierto gratuito terminó siendo una noche de celebración, baile y comunidad, elementos que definen el espíritu del ska desde sus raíces.

Desde las primeras horas de la tarde, familias, grupos de amigos, parejas y fans que crecieron con los éxitos de la banda comenzaron a llenar el lugar. Algunos llegaron con camisetas de los Decadentes, otros con banderas de Argentina y México, pero todos con la misma intención: pasarla bien. Porque si algo distingue a esta agrupación, es que no van a un concierto, sino a crear una fiesta colectiva.
El show inició con una explosión de energía: los primeros acordes de “Loco (tu forma de ser)” hicieron que el público respondiera al unísono. Le siguieron clásicos como “La guitarra”, “Cómo me voy a olvidar”, “Amos” y “No me importa el dinero”, canciones que ya forman parte del ADN musical de Latinoamérica. Cada coro se convirtió en un himno compartido, una reafirmación de que la música sigue siendo uno de los pocos lugares donde todos pueden sentirse parte de algo más grande.
La banda agradeció al público poblano por su entrega y, fieles a su estilo, mantuvieron el ambiente ligero, cercano y lleno de humor. Los Auténticos Decadentes no solo tocaron: conectaron. Ese es el legado de las bandas nacidas de la cultura ska: construir comunidad más allá del escenario.
Mientras tanto, en los alrededores, elementos de seguridad municipal mantuvieron el orden y permitieron que el concierto concluyera con saldo completamente blanco. La fiesta fue intensa, pero también respetuosa. Algo que solo sucede cuando el público está unido por la música.
La noche dejó un mensaje claro: El ska no solo sigue vigente, está más vivo que nunca. En Puebla, la música tomó el espacio público y lo transformó en un lugar de encuentro. Y para quienes estuvieron ahí, quedará grabado como un recordatorio de por qué amamos los festivales: porque nos regresan a lo esencial—la celebración, el baile y la comunidad.







