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Diego Rapado abre su corazón y habla del ska como refugio y resistencia

Redacción: Andrea Zamora

Diego Rapado

En una entrevista reciente, Diego Rapado compartió su visión del ska, los retos de mantenerse auténtico y el papel que la música tiene hoy para construir comunidad y conciencia. 

 

Diego Rapado, una de las voces más reconocidas dentro de la escena ska actual, protagonizó una conversación profunda y sincera donde reflexionó sobre su trayectoria, el crecimiento de su banda y el camino que lo llevó a convertir la música en un motor personal y colectivo. 

 

A lo largo de la entrevista, Rapado dejó claro que el ska, para él, nunca ha sido solo un género alegre o festivo. Lo definió como una plataforma para alzar la voz, contar historias que no siempre encuentran espacio en otros medios y, sobre todo, construir identidad. Su mensaje subraya la importancia de mantener un enfoque consciente, especialmente en un momento donde las industrias culturales tienden a suavizar los discursos incómodos. 

 

Recordó, con tono nostálgico, cómo fueron sus inicios: escenarios improvisados, giras intensas, noches de ensayo y la convicción de que había algo más grande detrás de cada canción. Hablar de su trayectoria es también hablar de la evolución del movimiento ska, un universo que ha crecido entre la unión juvenil, la protesta y la celebración de la diversidad cultural. 

Rapado profundizó en el reto de sostener un proyecto independiente en un mercado saturado. Aun así, aseguró que mantenerse fiel a su estilo y sus ideales ha sido clave. Destacó que él y su banda han logrado construir comunidad gracias al respeto y la honestidad que reflejan en cada presentación, conectando con públicos de diferentes ciudades, edades y contextos. 

 

Uno de los puntos más relevantes de la entrevista fue su reflexión sobre el papel del ska en la actualidad. Según Rapado, lejos de perder vigencia, el género se ha fortalecido porque conserva un mensaje que atraviesa generaciones: cuestionar, acompañar y resistir. Para él, la música no solo entretiene; también abre conversaciones necesarias sobre desigualdad, identidad social y la fuerza de las minorías culturales. 

 

La entrevista también permitió ver su lado más humano: habló de vulnerabilidad, de los sacrificios detrás de la vida en carretera, de la responsabilidad emocional que implica subirse al escenario y de la necesidad de mantener los pies en la tierra. Entre anécdotas y risas, dejó claro que el ska ha sido su escuela, su refugio y su mejor herramienta de expresión. 

 

Para los seguidores de su trayectoria, esta conversación confirmó lo que muchos ya intuían: Diego Rapado es una voz que no teme incomodar, que defiende su mensaje con firmeza y que sigue viendo en el ska un espacio de unión. Para quienes lo escuchan por primera vez, es una invitación a descubrir una propuesta auténtica y con propósito. 

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