Cómo el ska documentó la violencia y la lucha de poder en Jamaica en los años 70
- RootsLand

- 7 feb
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Redactor: Sam Torne

En la década de 1970, Jamaica se vio sumida en una intensa violencia política, principalmente en Kingston, donde las tensiones entre el Partido Nacional del Pueblo (PNP) y el Partido Laborista de Jamaica (JLP) alcanzaron niveles alarmantes. Ambos partidos armaron y financiaron pandillas locales para consolidar su influencia en los barrios más pobres, conocidos como guetos. Estas pandillas, a menudo lideradas por figuras denominadas «dons», se convirtieron en actores clave en la dinámica de poder de la ciudad.
El ska, género musical que precedió al reggae, emergió en Jamaica en los años 60 y mantuvo su popularidad en los 70. Caracterizado por ritmos acelerados y letras que abordaban temas sociales, el ska se convirtió en la banda sonora de la vida en los guetos de Kingston. Canciones como «Rude Boy» de The Wailers narraban las experiencias de los jóvenes involucrados en actividades delictivas y la constante confrontación con la autoridad. Estas melodías no solo entretenían, sino que también ofrecían una crónica de la vida cotidiana y las luchas en las comunidades marginadas.
Artistas que Promovieron la Paz a través del Ska
A medida que la violencia escalaba, algunos músicos utilizaron su influencia para abogar por la paz y la unidad. Bob Marley, aunque más asociado con el reggae, surgió del movimiento ska y desempeñó un papel crucial en este esfuerzo. En 1978, Marley organizó el «One Love Peace Concert», un evento destinado a mitigar las tensiones políticas. Durante el concierto, logró que los líderes rivales Michael Manley (PNP) y Edward Seaga (JLP) se dieran la mano en el escenario, simbolizando un llamado a la reconciliación nacional.
Otro ejemplo es el de Toots and the Maytals, quienes, a través de canciones como «Pressure Drop», abordaron las injusticias y las dificultades que enfrentaban las personas en los guetos, promoviendo mensajes de resistencia pacífica y esperanza.
Aunque el ska eventualmente dio paso al reggae en términos de popularidad, su impacto en la sociedad jamaicana perduró. La música sirvió como un medio para documentar y confrontar la realidad de la violencia política, ofreciendo tanto una válvula de escape como una plataforma para el activismo. Las letras y ritmos del ska continúan siendo un testimonio de una época tumultuosa en Jamaica y de los esfuerzos de los artistas por promover la paz y la unidad en medio del caos.







