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Cuando una diosa del rock mexicano se atrevió a cantar Ska: La inesperada colaboración de Rita Guerrero con los de abajo

Redacción: Naome Zavala  

Rita Guerrero
Rita Guerrero

En el año 2002, la escena del ska mexicano fue testigo de un acontecimiento que desafió las expectativas y provocó un torbellino de opiniones. Los de Abajo, una banda ya consolidada, lanzó su ambicioso álbum "Latin Ska Force", una producción que no solo se distinguía por sus 23 temas, sino por una arriesgada propuesta de colaboraciones con figuras icónicas del rock nacional. Entre los nombres que figuraban en el disco, como Dr. Shenka de Panteón Rococó, Julieta Venegas y Salvador de la Castañeda, destacaba uno que generó especial controversia: Rita Guerrero, la inconfundible voz de Santa Sabina. 


La participación de Rita Guerrero en una canción de ska fue, para muchos, un verdadero sacrilegio. La cantante, considerada un pilar fundamental del rock mexicano y cuya influencia perdura hasta hoy, incluso tras su lamentable fallecimiento en 2011 a los 46 años, era vista como una figura intocable, ligada a sonidos más profundos y experimentales. La idea de escucharla en un género que algunos despectivamente catalogaban como "agricultura" en contraste con la "cultura" del rock, desató una ola de críticas y un debate encendido entre los puristas de ambos géneros. 


En una entrevista, los integrantes de Los de Abajo recordaron cómo se gestó esta inesperada colaboración. Explicaron que ya existía una relación cercana con Rita, forjada en los tiempos de los conciertos prohibidos en Ciudad Universitaria, donde ella, con su carácter fuerte y protagónico, solía interactuar con ellos, a veces regañándolos y otras elogiándolos. Reconocieron ser grandes admiradores de Santa Sabina, lo que les impulsó a buscar esta audaz unión musical. 


La disposición de Rita Guerrero fue, según la banda, "increíble", a pesar de que la grabación de la canción, titulada "Esto no es una elegía", no estuvo exenta de desafíos técnicos. La pieza tuvo que ser grabada en tres ocasiones distintas debido a problemas con las grabaciones que se borraban inexplicablemente. A pesar de estos inconvenientes y de la naturaleza inusual de su incursión en el ska, la voz de Guerrero se adaptó de manera excepcional al ritmo contagioso, dejando una huella imborrable en el tema. 


Sin embargo, la reacción del público distó mucho de ser positiva. "Nos decían '¿por qué invitan a Rita, es una diosa del rock nacional, y cómo la ponen a tocar ska?'", recordaron los miembros de Los de Abajo. La crítica más recurrente era que habían "rebajado" a una de las voces más respetadas del país al llevarla a un género que, en ese entonces, aún cargaba con estigmas y prejuicios. A pesar de las críticas iniciales, la banda guarda un recuerdo cálido de la experiencia y de la relación con Rita, a quien, sin duda, extrañan profundamente. Esta colaboración, más allá de las controversias, se consolidó como un testimonio del espíritu innovador de Los de Abajo y de la audacia artística de Rita Guerrero. 


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