Redacción Frida
El cannabis indica, ampliamente conocido por sus propiedades medicinales y efectos psicoactivos, es una variedad de esta planta que se cree que se originó en el subcontinente asiático, posiblemente en Afganistán. El reconocido botánico europeo Lamarck fue el primero en clasificar esta variedad después de recibir muestras de la India, a la que denominó Cannabis indica en honor a su procedencia.
Se caracteriza por ser un arbusto más compacto y de tallo más grueso que otras variedades, generalmente alcanzando menos de dos metros de altura. Sus hojas, por lo general de un verde oscuro, pueden variar en tonalidades, llegando a tener un aspecto casi azul o verde-negro en algunos ejemplares. Las variedades índicas tienden a tener más ramas laterales y un crecimiento más denso que las variedades sativas, lo que resulta en plantas más anchas y espesas. Sus flores son más densas y compactas, forman grupos alrededor de los nudos de la planta femenina.
El ciclo vital del Cannabis indica se divide en dos fases: crecimiento y floración. El crecimiento se da en días largos y noches cortas, mientras que la floración comienza cuando los días se acortan y las noches se alargan. Durante esta fase, la planta dirige su energía hacia el desarrollo de las partes reproductivas, como las flores femeninas ricas en cannabinoides, utilizadas tanto con fines medicinales como recreativos.
Las variedades indicas son conocidas por su contenido de cannabinoides, incluyendo THC, CBD y CBN. A diferencia de las sativas, las índicas tienden a producir efectos centrados en el cuerpo, como relajación y sensaciones físicas intensificadas, además de efectos psicoactivos. Estos efectos a menudo se describen como "colocón".
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