Redacción: Amairany Ramírez

La región enfrenta un nuevo desafío en términos de consumo de sustancias psicoactivas. Uruguay, país conocido por su regulación del cannabis, ahora observa con preocupación el incremento en la circulación y consumo del delta-8 THC, un compuesto químico presente en la planta de cannabis que, tras modificaciones sintéticas, genera efectos intensos y riesgosos para la salud.
En abril de 2024, se reportó por primera vez en Uruguay el consumo de delta-8 THC a través de una gomita. Una joven fue internada tras experimentar un acelerado ritmo cardíaco, presión arterial elevada y náuseas, efectos secundarios provocados por este compuesto. Desde entonces, el Instituto Técnico Forense ha detectado esta sustancia en varias incautaciones de golosinas, mayormente procedentes de Brasil.
El Centro de Información y Asesoramiento Toxicológico también ha recibido consultas relacionadas con niños que, creyendo que eran simples dulces, ingirieron estas golosinas psicoactivas.
El delta-8 THC no solo preocupa en Uruguay. Según un informe de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas, su consumo está en aumento, especialmente entre adolescentes y jóvenes en países como Estados Unidos, extendiéndose a través de ventas en línea.
El atractivo de estas golosinas radica en su presentación: colores llamativos y empaques que imitan marcas reconocidas como Gucci o Amazon, lo que incrementa el riesgo de consumo accidental, especialmente en menores.
Las autoridades uruguayas hacen un llamado a la ciudadanía para aumentar la conciencia sobre los riesgos de consumir productos sin regulación y a identificar señales de intoxicación en niños y adolescentes. Además, recomiendan evitar el consumo de estas sustancias si se padecen problemas de salud como hipertensión o ansiedad.
Uruguay enfrenta un desafío que trasciende sus fronteras. La regulación y la educación sobre estas sustancias serán clave para mitigar sus riesgos y proteger a las poblaciones más vulnerables.
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