Tailandia, conocida por ser el primer país del sudeste asiático en despenalizar el cannabis en 2022, enfrenta ahora un cambio significativo en su legislación sobre esta planta. El nuevo proyecto de ley, impulsado por el gobierno del primer ministro Srettha Thavisin, busca imponer restricciones más estrictas al uso de cannabis, especialmente en lo que respecta a su uso recreativo.
El uso recreativo del cannabis, que había proliferado tras su despenalización, ha sido objeto de críticas, tanto de sectores conservadores como de parte de la población. En eventos masivos, como conciertos, las quejas sobre el fuerte olor a marihuana han aumentado la presión sobre el gobierno para tomar medidas más drásticas. En este contexto, el nuevo proyecto de ley establece un límite máximo de 0,2% de THC, el principal componente psicoactivo, en todos los productos derivados del cannabis.
Repercusiones en la industria
Desde la despenalización, más de un millón de personas se han registrado para cultivar cannabis en Tailandia y se han abierto aproximadamente 6,000 tiendas dedicadas a su venta. Este crecimiento acelerado ha sido una oportunidad económica para muchos, especialmente pequeños empresarios, que han visto en el cannabis una nueva forma de subsistencia.
Sin embargo, el nuevo proyecto de ley impondrá regulaciones más estrictas, lo que podría llevar al cierre de hasta un 65% de estos establecimientos, según expertos en la industria. Esto se debe a los altos costos que implica cumplir con las nuevas normativas, como la exigencia de presentar certificados de análisis de productos, lo que muchos pequeños empresarios no podrán costear.
¿Cuál es el futuro del cannabis en Tailandia?
El enfoque del nuevo gobierno tailandés se centra en restringir el uso del cannabis al ámbito medicinal. Aunque algunos actores de la industria creen que el consumo recreativo seguirá presente de alguna manera, las nuevas regulaciones pretenden limitar drásticamente su acceso.
Esto refleja un cambio significativo en la dirección política del país, ya que el gobierno anterior, especialmente el Partido Bhumjaithai, había sido un fuerte defensor de la liberalización del cannabis.
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