¡Qué hay de nuevo… Viejo!
Por Araceli Mendoza
Una consulta popular relevante con grandes beneficios para la sociedad: promover la reforma constitucional para otorgar la ciudadanía plena a las mujeres, tal como se había hecho en muchos otros países del mundo.
El candidato pidió un documento firmado por las mujeres demandando ese derecho. La Alianza de Mujeres de México recorrió gran parte de la República y entregó a Adolfo Ruiz Cortines la solicitud de voto federal con miles de firmas.
Para 1954, de los 3.5 millones de militantes del PRI, el 35 por ciento, o sea poco más de la tercera parte de los priístas, eran mujeres.
En este sentido, es relevante mencionar que, en las elecciones de 1929 a 1952, los votos masculinos fueron de 75.36 por ciento. En las elecciones de 1952, el candidato oficial obtuvo el 74.32 por ciento de la votación, mientras que para las de 1958, Adolfo López Mateos obtuvo el 90.56 por ciento del total de los votos.
Lo anterior hace pensar que, seguramente, para Ruiz Cortines pesó mucho este aspecto cuando decidió otorgar a las mujeres el derecho al voto. Las cifras lo comprueban: al sistema político mexicano le redituó conceder el voto a las mujeres.
El 6 de abril de 1952, la Asamblea Nacional Femenil organizó un mitin en favor a la candidatura de Adolfo Ruiz Cortines por la Presidencia de la República, al cual se calcula asistieron 2 mil mujeres, quienes le externaron que nacieron con un sexo que no eligieron, con una ostensible falta de valoración por su propio género.
El candidato prometió iniciar reformas constitucionales para reconocer la igualdad política de la mujer. Martha Andrade del Rosal, cronista de la Asamblea, comentó que Ruiz Cortines, en su discurso, afirmó: “Sí el voto nos favorece en las próximos comicios, nos proponemos iniciar ante las Cámaras las reformas legales necesarias para que la mujer disfrute los mismos derechos políticos del hombre. Las mujeres, a un solo grito: “¡Repítalo, Don Adolfo, repítalo!”.
La iniciadora activista a favor del voto femenino en tiempos revolucionarios fue Hermila Galindo, colaboradora de gran confianza de Venustiano Carranza, secretaria particular y directora del semanario La Mujer Moderna, quien envió al Constituyente de Querétaro la propuesta de modificar el artículo 34 constitucional a fin de otorgar el derecho a ejercer el voto restringido a las mujeres mexicanas, sin saber que el mismo Carranza era un opositor. Años más tarde fue una gran decepción.
Cabe destacar un memorándum confidencial de José Iturriaga y Jesús Reyes Heroles al presidente Adolfo Ruiz Cortines, que muestra los“temores” que había para dar ese paso, por el posible conservadurismo del voto femenino.
Hasta 1953 se reconocieron los derechos políticos de la mujer. La Organización de Naciones Unidas (ONU) recomendó en 1952 a todos los países que, como México, estaban rezagados en el reconocimiento de los derechos políticos. Nuestro país fue de los últimos en Latinoamérica.
La lucha, hoy más que nunca, sigue presente, por los derechos laborales, el respeto, el acceso a la educación y los derechos políticos. Una lucha constante, de años, de castigar el feminicidio que aqueja a la población, sin tener soluciones por parte del gobierno federal, siendo como un exterminio de las mujeres.
El mejor termómetro para medir el grado de civilización de un pueblo es la situación de sus mujeres. Lamentablemente, en estos momentos son las más deplorables.
Las mujeres no sólo son reproductoras de vida, sino de patrones culturales. La mejor inversión que puede hacer el Estado es la educación de las mujeres para lograr el desarrollo integral de la población, por el efecto multiplicador que tiene en la sociedad.
Por ello es importante impulsar cambios en la ley que amparen, resguarden, en favor de la mujer, para construir un nuevo orden social con una población femenina preparada y participativa, con el fin de fortalecer nuestra vida democrática.
Mujeres de diferentes partidos han demostrado su capacidad de liderazgo. Su obra tira por tierra la consigna peyorativa y discriminatoria de que las mujeres sólo podían gobernar estados con poca población y sin muchos problemas: han gobernado la Ciudad de México y encabezan partidos políticos.
Todo lo anterior es el resultado de una consulta pensada con estructura para beneficiar a la sociedad. Esa consulta a las mujeres, en su momento, dio resultados muy favorables. Obviamente, tenía propuestas claras y concisas, no tendenciosas.
quehaydenuevo760@yahoo.com.mx
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