Reggae, soul y comunidad: la increíble historia de Jay Douglas llega a la pantalla en Play It Loud
- RootsLand
- 2 dic 2024
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Redactor: Sam Torne

El cineasta Graeme Mathieson regresa con una obra que ilumina los rincones menos explorados de la historia musical de Canadá: Play It Loud: How Toronto Got Soul. Esta película se sumerge en el corazón de la música negra en Toronto, destacando el impacto cultural de músicos jamaicanos y, en particular, la vida y legado del legendario Jay Douglas, una figura central en el desarrollo del «Toronto sound».
Nacido como Clive Pinnock en Jamaica, Jay Douglas emergió como una de las figuras más influyentes de la música negra en Canadá. Su trayectoria comenzó en los años 50 en Jamaica, donde participaba en concursos de canto locales y conectaba con artistas como Bob Marley y The Wailers. Sin embargo, su vida dio un giro inesperado cuando, a los 15 años, emigró a Canadá para reunirse con su madre, parte de la primera ola de mujeres jamaicanas que trabajaban como niñeras en hogares blancos.
En Canadá, Douglas enfrentó los desafíos de adaptarse a un nuevo entorno que, aunque multicultural, podía ser aislante para los inmigrantes. Espacios como el W.I.F. Club en Toronto proporcionaron un refugio cultural donde los caribeños construían comunidad, y para Douglas, una plataforma para lanzar su carrera musical.
El surgimiento del «Toronto Sound»
La carrera de Jay Douglas despegó a los 17 años, cuando se unió como vocalista principal a la banda The Cougars. Con actuaciones llenas de energía, rápidamente ganaron seguidores en la escena local. Sin embargo, enfrentaron un sistema musical canadiense que subestimaba el valor de géneros como el reggae, prefiriendo la música negra reinterpretada por artistas blancos.
A pesar de estos desafíos, Douglas y The Cougars se mantuvieron firmes, construyendo un legado musical que mezclaba reggae, soul y funk, formando lo que hoy se conoce como el «Toronto sound». Este estilo no solo celebraba las raíces caribeñas de los artistas, sino que también creaba una identidad musical única para la ciudad.
Reconocimiento tardío, pero merecido
Aunque Jay Douglas y otros músicos negros de Canadá dejaron una marca indeleble en la música del país, su reconocimiento fue limitado durante décadas. Fue gracias al lanzamiento del álbum recopilatorio Jamaica to Toronto: Soul Funk & Reggae 1967-1974, producido por la discográfica estadounidense Light in the Attic, qué artistas como Douglas encontraron un público global y el reconocimiento que merecían.
Mathieson captura este contraste en su película, mostrando cómo Douglas, a pesar de los obstáculos, se convirtió en un embajador de la música jamaicana en Canadá. Con entrevistas a colegas como Jackie Richardson, Everton «Pablo» Paul y el icónico Sly Dunbar, el filme pinta un retrato vibrante de una figura cuyo impacto aún resuena.