Redactor: Sam Torne
El Ska retumbó en el corazón de la Ciudad de México la noche del pasado domingo, cuando Out of Control Army se presentó por primera vez en el emblemático Teatro Metropolitan. Acompañados por la Melbourne Ska Orchestra, de Australia, y Maysons Party, de Japón, la banda mexicana ofreció un espectáculo sin precedentes, marcado por la energía, la nostalgia y un desfile de talentosos músicos.
Out of Control Army, conocida por su estilo único y sus presentaciones electrizantes, agotó las localidades del Metropolitan con un show que incluyó más de 60 músicos en escena. Las actuaciones comenzaron con Maysons Party, banda japonesa que hizo su debut en México y sorprendió al público con una fusión de Ska, Punk y Rock, y una conexión genuina con los asistentes.
El plato fuerte llegó cuando Out of Control Army, vestidos elegantemente, arrancó su set con temas emblemáticos como «Fuera de control» y «Quizás, quizás, quizás», esta última interpretada por la cantante invitada Madame Récamier. El saxofonista y líder de la banda, José ‘Deals’ Olán, presentó a una serie de invitados especiales, incluyendo miembros de Panteón Rococó e Inspector, quienes avivaron aún más el entusiasmo del público.
La magia de la nostalgia: De Dragon Ball al ska global
Uno de los momentos más destacados de la noche fue la interpretación de «Mi corazón encantado», tema de la serie animada Dragon Ball GT que marcó el inicio de la popularidad de Out of Control Army. La mezcla de nostalgia y ritmos de ska transportó a la audiencia a su infancia, logrando un ambiente vibrante y lleno de energía.
Canciones como «El diablo», «Two tone fever» y «Global Ska» prepararon el escenario para el acto de los australianos. Con una puesta en escena al estilo de las ‘big bands’, Melbourne Ska Orchestra se adueñó del teatro con su característica fusión de Ska, Cumbia y Mambo.
Un encuentro épico: las dos bandas juntas en escena
El clímax de la noche llegó cuando ambas bandas se unieron en el escenario para formar una auténtica orquesta de ska. Con una combinación de dos baterías, dos bajos, y más de 30 instrumentos de viento-metal y viento-madera, interpretaron clásicos como «Monkey Man», «Rudy, a message to you» y «Simmer down». Este mosaico musical puso de pie a todo el teatro, desatando un espectáculo de baile y emoción.
El cierre fue tan memorable como el resto de la noche: los músicos descendieron del escenario para tocar entre los asistentes, convirtiendo los pasillos en pistas de baile improvisadas al ritmo de «Skalloween».
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