Más que música: el ska como expresión social que desafió el racismo y promovió unidad en el Reino Unido
- RootsLand
- 24 mar
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Redactor: Sam Torne

El ska, originado en Jamaica a finales de los años 50, fusiona elementos del mento, calipso, jazz y rhythm and blues. A finales de los 70, este género resurgió en el Reino Unido bajo el movimiento conocido como 2 Tone, que no sólo revitalizó la escena musical, sino que también se convirtió en un símbolo de integración racial en una sociedad marcada por tensiones étnicas.
El término «2 Tone» proviene de la discográfica 2 Tone Records, fundada en 1979 por Jerry Dammers, líder de The Specials. Esta etiqueta promovió una mezcla de ska, punk y new wave, y abogó por la unidad racial en una época de conflictos sociales en el Reino Unido. Bandas como The Specials, The Selecter y The Beat presentaban alineaciones multirraciales, reflejando la diversidad y promoviendo la colaboración entre músicos blancos y negros.
Símbolos de unidad y resistencia
El movimiento 2 Tone adoptó símbolos que representaban su mensaje de integración. El icónico patrón de cuadros en blanco y negro simbolizaba la convivencia armoniosa entre diferentes razas. Además, la estética de los músicos y seguidores, influenciada por las culturas mod y rude boy, reforzaba una identidad compartida que desafiaba las divisiones raciales.
El resurgimiento del ska en el Reino Unido coincidió con un período de tensiones raciales y económicas. El movimiento 2 Tone ofreció una plataforma para abordar temas de racismo, desigualdad y justicia social. Canciones como «Ghost Town» de The Specials reflejaban la desilusión y el descontento de la juventud británica ante la situación socioeconómica, convirtiéndose en himnos de protesta y reflexión.
Legado del ska en la integración racial
El movimiento 2 Tone dejó una huella duradera en la cultura británica. Demostró que la música podía ser una fuerza poderosa para la integración y el cambio social. Al reunir a personas de diferentes orígenes en torno a un género musical compartido, el ska contribuyó a romper barreras raciales y a fomentar una mayor comprensión y respeto mutuo en el Reino Unido postcolonial.