El pasado fin de semana, miembros del Movimiento Cannábico de Cuauhtémoc se reunieron en el Parque San Antonio para exigir la regulación del consumo de cannabis y denunciar la criminalización de sus usuarios. La manifestación, organizada por activistas locales, buscaba visibilizar los derechos humanos de los consumidores y promover la despenalización de la marihuana, así como la creación de espacios públicos seguros para su consumo.
Este evento ha generado controversia en la ciudad, ya que algunos sectores de la sociedad apoyan la despenalización, mientras que otros se oponen a que el consumo ocurra en áreas públicas frecuentadas por familias.
La ley local y el consumo en espacios públicos
El Director Administrativo de Seguridad y Vialidad Pública Municipal (DSVPM), Rafael Cavazos Aragón, señaló que, según la normativa vigente, el consumo de marihuana en espacios públicos está prohibido. Cavazos enfatizó que la policía no busca criminalizar a los manifestantes, sino garantizar que la ley se cumpla en los lugares donde haya presencia de familias y niños.
A pesar de estas declaraciones, los organizadores de la protesta han acusado a las autoridades de acoso, alegando que la intervención policial fue un intento de intimidar a los manifestantes. Los activistas también destacaron que el consumo de cannabis forma parte de su libre desarrollo personal, un derecho protegido por la Constitución mexicana, y que ninguna ley local debería restringirlo en ese contexto.
Exigencias del Movimiento Cannábico
El Movimiento Cannábico de Cuauhtémoc no solo busca la despenalización del cannabis, sino también la creación de espacios públicos y privados donde los usuarios puedan consumirla sin ser discriminados o perseguidos. Los activistas afirman que el cannabis tiene múltiples usos, desde lo lúdico hasta lo medicinal, y que es injusto que se penalice a quienes deciden utilizarla en su vida cotidiana.
Además, el movimiento critica la falta de un enfoque más inclusivo en la legislación local, señalando que las leyes actuales reflejan los intereses de grupos elitistas y no consideran a las comunidades marginadas. En este sentido, han vinculado su lucha con otras causas sociales, como la defensa de los derechos de las comunidades indígenas y la inclusión de la población LGBTQ+.
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