top of page
Foto del escritorRootsLand

Legalización del cannabis en Nueva York: Los retos de los rastafaris para participar en el mercado

Redactor: Sam Torne

Legalización del cannabis en Nueva York: Los retos de los rastafaris para participar en el mercado

En 2021, el Estado de Nueva York legalizó el consumo recreativo de cannabis, con el objetivo de transformar el mercado ilícito en una industria legítima que beneficiara a quienes habían sido perjudicados por la aplicación de leyes antidrogas. Sin embargo, esta legislación no contempló adecuadamente a comunidades religiosas como la rastafari, para quienes el cannabis tiene un uso sacramental y cultural profundamente arraigado. 

 

Para los rastafaris, el cannabis, conocido como «ganja» o «la hierba sagrada», es un elemento central en sus prácticas espirituales. Se utiliza en rituales de oración y meditación, y se considera un medio para acercarse a lo divino. Esta práctica se basa en interpretaciones de pasajes bíblicos que, según los creyentes, hacen referencia al uso de hierbas para la iluminación espiritual. 

 

A pesar de la legalización, muchos rastafaris en Nueva York enfrentan obstáculos para participar en el mercado legal de cannabis. Las regulaciones actuales no hacen excepciones para el cultivo y la venta de cannabis con fines sacramentales, lo que limita su capacidad para practicar su fe plenamente y beneficiarse económicamente de una industria que ayudaron a construir en la clandestinidad. 

 

Además, las leyes establecen que los dispensarios y lugares de consumo deben estar a una distancia mínima de 200 pies de los lugares de culto, lo que complica la posibilidad de que las comunidades religiosas establezcan sus propios puntos de venta o consumo. 

 

Esfuerzos por el reconocimiento legal


Líderes y activistas rastafaris están abogando por cambios en la legislación que reconozcan el uso sacramental del cannabis. Proponen que se definan claramente estos usos en la ley y que se otorguen licencias específicas para que las comunidades religiosas puedan cultivar y dispensar cannabis de acuerdo con sus creencias. Argumentan que, al igual que las tiendas cristianas pueden vender vino sacramental, las casas de culto rastafari deberían poder cultivar y distribuir cannabis para sus ceremonias. 

 

Este movimiento busca no solo el reconocimiento de sus prácticas religiosas, sino también una reparación histórica por las décadas de persecución y criminalización que han sufrido. En lugares como Jamaica y las Islas Vírgenes de EE. UU., ya se han implementado medidas que permiten el uso sacramental del cannabis, lo que sirve de precedente para las demandas en Nueva York. 

 

El camino hacia la inclusión


La Oficina de Gestión del Cannabis del Estado de Nueva York ha expresado que está investigando cómo apoyar a las casas de culto interesadas en el cannabis. Sin embargo, cualquier cambio que permita licencias específicas para comunidades religiosas requeriría una modificación de la ley por parte de la Legislatura y el gobernador. 

 

Mientras tanto, algunos miembros de la comunidad rastafari sugieren que, en lugar de esperar cambios legislativos, podrían asociarse con personas que ya poseen licencias para ingresar al mercado legal. Esta estrategia podría ser una vía para asegurar que sus prácticas culturales y espirituales sean respetadas y que puedan participar equitativamente en la industria del cannabis. 

Comments


bottom of page