Redactor: Sam Torne
La vida del ícono del reggae, Bob Marley, ha sido objeto de interés para múltiples proyectos cinematográficos a lo largo de los años. Sin embargo, fue hasta hace poco que su familia, liderada por su hijo Ziggy Marley, decidió tomar las riendas para llevar su historia a la gran pantalla de manera auténtica y respetuosa.
Ziggy Marley y su familia habían recibido numerosas propuestas para adaptar la vida de Bob Marley al cine, pero ninguna les convencía plenamente. Finalmente, optaron por ser los impulsores del proyecto, buscando colaboradores que compartieran su visión y respeto por la cultura y autenticidad que deseaban plasmar.
«Fue solo un sentimiento», comentó Ziggy Marley sobre la decisión de llevar la vida de su padre al cine. «Exploramos la idea sin saber con certeza que queríamos hacerlo, porque necesitábamos asegurarnos de que las personas con las que lo haríamos respetaran lo que queríamos lograr, la cultura y la autenticidad que buscábamos».
Enfoque en un período crucial
La película «Bob Marley: One Love» se centra en un período específico de la vida del músico, entre 1976 y 1978. Durante estos años, Jamaica atravesaba una intensa agitación política, y Marley sobrevivió a un intento de asesinato, produjo su álbum seminal «Exodus» durante un exilio de 18 meses en Londres, fue diagnosticado con cáncer y regresó a Jamaica para reunirse con su familia y realizar el famoso concierto «One Love».
«Soy un amante del cine», expresó Ziggy Marley. «Mi objetivo egoísta era tener una película que tuviera entretenimiento y acción. Les dije:’No quiero una película aburrida’. Y este período de tiempo fue el más activo y entretenido».
Autenticidad en cada detalle
Para garantizar la autenticidad, la producción contó con la participación de familiares y amigos cercanos a Bob Marley, quienes compartieron sus recuerdos más íntimos. El rodaje se llevó a cabo en locaciones del Reino Unido y Jamaica, trabajando con talentos locales tanto frente como detrás de cámaras, muchos de los cuales tenían vínculos personales o de segunda mano con Marley.
El director, Reinaldo Marcus Green, enfrentó el desafío de representar fielmente el patois jamaicano sin diluirlo, esencialmente creando una película en un idioma extranjero, pero sin subtítulos. «Contratamos, diría, al 98% de jamaicanos», señaló Green. «Tenemos músicos reales también. Esto crea esa sensación auténtica. No parece que estés viendo actores tratando de tocar música. Tienes música real interpretada por músicos reales».
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